Según el informe Digital 2022 de We Are Social y Hootsuite, en la actualidad, Twitter es una de las redes sociales de alcance mundial con menos cantidad de usuarios. Sus cerca de 430 millones de miembros la ubican por detrás de redes como Facebook (3.000 millones de miembros) YouTube (2.500 millones), Instagram (1.500 millones) o TikTok (1.000 millones de miembros).
Varias redes sociales chinas tienen el doble de usuarios, mientras que redes como Telegram y Snapchat también la han sobrepasado. A ello se suma que la mayoría de sus miembros no participan en la conversación. Un estudio del Pew Research, revela que el 25% de los tuiteros más activos publica el 97% de los comentarios, mientras el 75% restante tuitea de forma infrecuente o no lo hace.
Sin embargo, dentro de esa minoría de usuarios muy activos se considera que Twitter es “la plaza pública digital donde se debaten asuntos importantes para la sociedad”. Así la entiende Elon Musk, que acaba de pagar 44.000 millones de dólares por el 100% de las acciones.
El magnate Elon Musk ha señalado que es partidario de una concepción “absolutista” de la libertad de expresión. A falta de saber cómo se concreta esa política en la práctica, es otra medida que puede acarrearle problemas a la cuenta de beneficios de Twitter. Con su funcionamiento actual, los discursos extremos tienden a polarizar todo el debate, lo que dificulta el objetivo de ampliar la base de usuarios y también desagrada a los anunciantes.
La forma en la que Musk ha llegado a Twitter, sin explicar de manera clara su plan de negocio o cómo logrará rentabilizar la enorme inversión, no es el único factor que hace excepcional la compra. También será la primera vez en la que un usuario intensivo de una red social pase a ser su responsable absoluto, ello justamente por el comportamiento muchas veces burlón y sarcástico que ha tenodo Musk a través de esta red.
Por el momento los CEO de las redes sociales se han caracterizado por mantener un perfil bajo como usuarios, al contrario de Musk que es extremadamente activo en esta plataforma digital a través de la cual ha generado varias polémicas. Una de las consecuencias de la compra de esta red, seguramente será la fusión de propietario y trol de las redes en una sola figura.
Por ahora está claro que la era Musk abre un nuevo e impredecible capítulo para Twitter en donde la influencia sobre el discurso público será cada vez más determinante.
