Ecuador, 26 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

¡Hasta la ternura siempre!

15 de junio de 2011 - 00:00

Un amigo de derecha, cercano a posiciones liberales modernas, ansioso de ver cambios profundos en el Ecuador, muy abierto al diálogo y a la conversa, me ha dicho: “Me da tristeza lo que pasa, hasta me despierto con ganas de abrir los ojos en otro país”. Y lo dice porque está en contra de algunas cosas de este Gobierno y de la oposición.

Enfatiza: “El nivel de intolerancia mediática es impresionante”. Según su análisis: “Nada está bien para los medios, todo lo que hace Correa es malo, parecería que estamos en el Apocalipsis y que  este país, en cualquier instante, colapsa”. Y afirma categóricamente. “No es cierto. Han pasado muchas cosas buenas y de las otras, pero el balance, a la larga, será que algo cambió”.

No me sorprende su criterio, pero sí me llama la atención por dónde analiza las cosas, una persona que no es de izquierda y que tampoco comulga con las tesis de este Gobierno: su reflexión y su rechazo nace de que desde los medios recibe solo lo negativo y una amargura extrema. Por cierto, se solidariza conmigo por algunas publicaciones y comentarios de periodistas y supuestos analistas sobre mi pasado político, mi condición de periodista y hasta por mi criticidad en muchas cosas. Y dice: “Te atacan como si tu pensamiento fuese el problema. ¿No hablan de tolerancia y de libertad de expresión? Entonces, tus ideas deben ser respetadas aunque no compartidas”. Al mismo tiempo subraya: “Hay personajes que están en la televisión y otros que los canales no se cansan de invitar que no deberían salir nunca más por su nivel intelectual y su poca vergüenza para reconocer su responsabilidad en lo que vivimos en los últimos 30 años”.

Tras una larga charla, le veo marcharse con menos bronca. Me da un abrazo y siento su calidez como un sentido homenaje a nuestra amistad. Me deja dos novelas y yo le regalo un libro de cuentos. Así nos hemos visto muchas veces: intercambiando pensamientos, ficciones, reflexiones, sentires y sentidos. Ayer me llamó por teléfono, muy temprano, para desayunar juntos y lo hicimos con la ternura de una charla fresca en un Quito casi veraniego. Y al verlo de espaldas, cuando se aleja, observo al único ser que puede pensar diferente y hacerme vivir la necesidad del diálogo como condición humana trascendental para reconocernos como imperfectos. De él jamás saldrán ofensas ni recriminaciones, menos publicaciones y ajustes de cuentas, por más que le diga que ser de izquierda es una honrosa condición para mejorar el planeta. Y que ser liberal, como él se autocalifica, me ha permitido aprender mucho porque lo es desde la sabiduría que cada día alimenta con sus lecturas profundas.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media