El 3 de enero fue presentado ante la corte del Distrito Este de Nueva York Genaro García Luna. El exsecretario de Seguridad Pública Federal compareció para enfrentar los cargos de narcotráfico y colaboración con el Cartel de Sinaloa durante al menos los últimos 19 años.

Así, García Luna se convirtió en el nada decoroso primer secretario mexicano a nivel federal enjuiciado por tráfico de drogas en Estados Unidos.

Ese mismo día que se declaró inocente. Su nuevo abogado, César de Castro, un joven que encabeza su propia firma en Nueva York, inició por instrucciones de García Luna, negociaciones con la Fiscalía para llegar a un acuerdo.

Como ocurre en este tipo de trámites, García Luna aceptaría declararse culpable a cambio de dar más información sobre los crímenes de los que se le acusa y ayudar a la detención de los “peces más gordos”.

La posibilidad abierta para ese acuerdo seguramente será motivo de inquietud de al menos dos expresidentes de México: Vicente Fox y Felipe Calderón. Hay acusaciones directas de miembros del Cartel de Sinaloa de que los hijos de la esposa de Fox, Marta Sahagún, habrían trabajado directamente para el cartel ayudándolos a conseguir material químico para producir metanfetaminas.

Y hay testigos que aseguran que Calderón participó en reuniones de negociaciones con integrantes del Cartel de Sinaloa y aparte habría recibido sobornos.

García Luna quizá comprendió que las pruebas acumuladas contra él son muy sólidas y que si él se hunde, también hunde a su esposa, Linda Cristina Pereyra. Esta es investigada por el Gobierno estadounidense como pieza clave en la creación de empresas vinculadas directa o indirectamente con García Luna en Estados Unidos, usadas para la triangulación de operaciones.

Cuando comenzaron las investigaciones, la pareja trató de desaparecer sus nombres de todos los registros, pero estos eran imborrables. (O)

* Tomado de la DW