El temido avance de los populistas antieuropeos de extrema derecha en estas elecciones europeas no fue en Alemania, ni en Austria ni en Holanda. Ese es el resultado positivo de este domingo electoral en Europa.
Es evidente que la polarización entre los nacionalistas y los que están a favor de una Europa unida motivó a la gente a ir a las urnas, ya que la participación aumentó en muchos países de la Unión Europea. Además, esta vez fueron a votar muchos más ciudadanos de menos de 30 años.
Eso es prueba de que el tema Europa y el debate sobre una convivencia europea son de interés para ellos. Claros vencedores en ese grupo de edad son los Verdes, que con el tema de la protección del clima cubrieron ciertamente el tema del futuro.
Para el Partido Socialdemócrata alemán (SPD), sin embargo, este domingo fue un desastre total. En el ámbito europeo, el partido democrático más antiguo de Alemania cayó por debajo del 16%. Como si eso no fuera suficiente, también se llevaron a cabo elecciones regionales en Bremen, un estado federado que es gobernado desde hace 73 años por la socialdemocracia.
Pero eso se acabó. Ahora allí ganó, por primera vez, un político de los conservadores de la Unión Demócrata Cristiana (CDU). Esta doble derrota no quedará sin consecuencias. Es la demostración de que el SPD está acabado, y que solo una verdadera reforma le permitirá tener siquiera una posibilidad de futuro.
En Bruselas se debatirá qué partido debe encabezar qué puestos en el Parlamento Europeo. En Alemania, ese debate será aún más fundamental. La cuestión principal podría ser cuánto tiempo más la coalición gobernante entre la CDU y el SPD seguirá torturando al país.
Después de este fin de semana electoral europeo es muy posible que la era de Merkel llegue a su fin, después de 14 años. Y que en pocos días se realicen elecciones anticipadas en Alemania. (O)
*Tomado de DW
