Mi intención está en motivar a usted a la reflexión propositiva (más que imponer mi postura) para la contestación de las interrogantes que a continuación presento.

¿El fracaso de la prohibición?: recientemente, el abogado Raúl Ledesma, quien lidera el Ministerio del Ambiente manifestó en una entrevista radial que en noviembre de este año el país, en conjunto con nuestros vecinos, Colombia y Perú, llevarán a cabo un foro titulado ‘El fracaso de la prohibición’, donde, según aseguró (parafraseando), se ampliarán los resultados fallidos que han tenido aquellas políticas que no autorizan la explotación de recursos naturales, a la luz de experiencias de “larga data” en activismo ambiental.

¿Qué pienso? Solo invocaré lo que piensa el Nobel de Economía 2014, Don Jean Tirole: el Estado regula el actuar del privado, interviniendo para enderezar las distorsiones de este último. El ministro Ledesma reitera que una explotación se dará si está legalmente regulada, y bien hecha. Consecuentemente, ¿pretender prohibir implicaría costo o beneficio? ¿Y, para quién?

¿El fracaso de la falsedad?: probablemente usted se haya fastidiado tanto como yo, cuando, en entrevistas en medios de comunicación, siendo ‘A’ entrevistador, y ‘B’ entrevistado (B posee título de economista); se percata de lo siguiente: A da la bienvenida, “bienvenido Dr. B”, y B contesta, “gracias, a sus órdenes”, y sigue la entrevista. ¡Notó algo! En primera instancia, no.

Pero si nos brindamos mayor atención, evidenciaremos que ‘A’ se alejó de la realidad al endosarle a ‘B’ un grado académico que no ostenta (partiendo del hecho de que es de conocimiento público que B no posee titulación doctoral), y, de paso, ‘B’ se inmuta y no corrige a ‘A’ (que si hay casos de objeción).

¿Qué pienso? Solo diré que cuando se apaga la luz y ‘B’ está en su aposento, la señora conciencia reclama autenticidad y “patea” para que entre la luz de la transparencia. De ahí que, ¿Aceptando una fantasía genera ganancia o pérdida? (O)