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El Telégrafo
Ximena Ortiz Crespo

¿EUA: un país hispano?

23 de octubre de 2021

En los años 70 la presencia de hispanos en Filadelfia era un evento raro. Los habitantes anglosajones de esa ciudad no conocían a los latinos. Los que existían pasaban desapercibidos en el gueto de la ciudad y eran de ascendencia puertorriqueña. En el 2021 la situación ha cambiado por completo, Filadelfia tiene al menos un 15% de habitantes de procedencia mexicana, cubana y centroamericana.

Lo mismo que sucede en esa ciudad del este de los Estados Unidos de América sucede en el resto del país. La Oficina de Censos contabilizó en 2020 una expansión exponencial de latinos en su población, al punto que han sobrepasado a toda otra minoría, inclusive a los afro. “Hay 62,1 millones de hispanos en el país, lo que representa un 18,7% de la población [...]. Los estados donde hay mayor crecimiento de esta población son Florida, Texas, Nueva York, Illinois y California”, reporta el Los Angeles Times en su edición del 13 de agosto pasado. El mismo diario añade que la población autoidentificada como blanca bajó en los últimos diez años del 64% al 57%.

Son interesantes estas cifras. Se reflejan en la presencia de personas destacadas como Sonia Sotomayor quien hizo historia al convertirse en la primera persona hispana de la Corte Suprema. De familia puertorriqueña, Sotomayor es una de las tres mujeres que ocupan una silla vitalicia de las nueve que conforman el máximo tribunal de justicia.

El poder y la influencia de los hispanos se nota también en la vida política. Según el Pew Research Center, las elecciones de 2020 fueron las primeras en las que los hispanos representaron el grupo minoritario más grande, con 13% de los votantes. Así, los hispanos se han convertido en un grupo demográfico cada vez más importante para los candidatos políticos, que los miman aprendiendo unas pocas palabras en español u ofreciéndoles bebidas espirituosas latinas en sus mítines para atraerlos.

La influencia hispana ha permitido, por ejemplo, que se elija a candidatos que rompen los esquemas de la vieja política como Alexandria Ocasio-Cortez, también de origen puertorriqueño. Conocida como AOC, la joven demócrata neoyorquina, es la congresista más joven de la historia del país. A sus 31 años ya ha sido portada en Time, Vanity Fair o Rolling Stone. Habla el lenguaje de los jóvenes, domina las redes sociales y ha levantado la voz contra los problemas reales –inmigración, racismo, desigualdad de género y cambio climático–. Su capacidad como líder de opinión (influencer) y sus comentarios sobre el establishment estadounidense crean furor en las redes, lo mismo que en la Cámara de Representantes.

Otra personalidad destacada, cuyos abuelos paternos eras mexicanos, es Ellen Ochoa, astronauta de la NASA que se convirtió en la primera mujer hispana en viajar al espacio. Esta científica, con estudios de física e ingeniería eléctrica, tuvo que primero recibirse de doctora y luego ser Jefa de la División de Investigación AMES de la NASA en el área de Tecnología de Sistemas Inteligentes antes de que la aprobaran para viajar el espacio.

La gente hispana tiene cada vez más influencia en la cultura estadounidense. Esto se ve en la difusión de ritmos latinos como la salsa, el merengue, el rap o el reggaetón, lo que significa un mercado que crece no solo entre los hispanos, sino también en el resto de la población. Las presentaciones musicales en vivo de artistas hispanos en premios de música, como los MTV Video Music Awards o los Grammy, se vuelven frecuentes. La presencia de Jennifer López y Shakira en el Super Bowl de 2020, el show estadounidense por excelencia, fue una muestra contundente de lo latino en la industria del entretenimiento de ese país.

Las costumbres alimentarias de la gente también se han visto permeadas. Dicen los expertos que ya los tacos han reemplazado al hot dog. Algunas de las comidas típicas de la gastronomía mexicana, que se basa en platos hechos con maíz –como las tortillas, los tamales, los tacos o las fajitas– son muy populares, mejor si van acompañados de salsas y condimentos como el chile, el guacamole, el pico de gallo o el mole. Comida a la que no puede faltar un margarita helado.

La influencia de los hispanos no solo está en sus números. Las maravillosas tradiciones latinoamericanas se han trasladado al país del norte. La lengua española tiene cada vez más espacio en la vida y la cultura. Las costumbres religiosas, los valores familiares, la presencia cada vez mayor de hispanos en los medios son prueba de que la famosa “América” (como se refieren los estadounidenses a su país) es cada vez más hispana (como lo hacen con la población que habla español). Ya se ven también cambios en estándares de belleza, lo mismo que en temas de estilo, apariencia y ropa latina.

Desde que los Estados Unidos se fundaron como país hace más de 200 años, los hispanos han estado presentes en su construcción. El aporte de inmigrantes ecuatorianos también es parte de ello. Han contribuido, de una manera u otra, con darle su forma y color actuales. Se prevé que en las próximas décadas la comunidad hispana tendrá mayor protagonismo social, político, cultural y económico en ese país. Los estudiosos afirman que el número de habitantes hispanos en los Estados Unidos se duplicará en los próximos 30 años. Hoy en día hay alrededor de 62 millones, pero se espera que este número llegue a 106 millones en el año 2050.

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