A los 9 años del gobierno de la Revolución Ciudadana, la ofensiva conspirativa de la oligarquía se profundiza, endemoniada, en el período preelectoral, con el vergonzoso estribillo de defender la democracia y la libertad, cuando en el fondo se trata de volver al nefasto y viejo país, para seguir el asalto a los dineros públicos y a nuestra riqueza, en provecho de los grupos de poder económico, de aquí y del exterior, sin importarle la precaria situación de los pobres de la patria, olvidados por los regímenes anteriores, de la era neoliberal.
Al entrar a la década histórica del cambio, Alianza PAIS ratifica la promesa de continuar en la contienda por la construcción de una nueva patria, libre de los acreedores del pasado, banqueros y la plutocracia internacional. Considera que, para la iluminación de la justicia y la auténtica libertad, es indispensable intensificar los cambios en las estructuras capitalistas e incrementar más y más la inversión en áreas básicas, como salud, educación, vivienda y seguridad. Es que se ha comprobado, y es una realidad, que la democracia se sustenta en una educación de calidad y de acceso para todos, y es así como en Ecuador se ha abierto las puertas a los diferentes sectores sociales a participar de una educación gratuita en sus niveles primario, medio y superior y de la oferta de becas para los estudiantes más destacados.
Como lo han confirmado sus dirigentes, en la década del reto, Alianza PAIS declara la movilización permanente en relación con las políticas públicas del socialismo del Buen Vivir y también para dar impulso al diálogo por la justicia social y la equidad.
Aunque la oposición política, torpe, disgregada, sin ideario y cargada de ambiciones no reconozca o se declare miope o ciega, lo cierto es que en 9 años de la Revolución Ciudadana el país ha cambiado en diversos aspectos, principalmente en el sistema socioeconómico; ha afianzado la soberanía y concedido incentivos para una verdadera participación ciudadana. En términos de resumen, se han cubierto muchas metas, pero falta mucho por hacer, profundizar la Revolución Ciudadana, para en tiempo determinado concluir el proyecto político del Buen Vivir.
La oposición al régimen socialista siglo XXI ha sido y es violenta y amenaza encenderla más en su fallida intentona de vencer o debilitar el liderazgo de Rafael Correa Delgado, de prestigio y reconocimiento internacional; y como no tiene un presidenciable solvente único, sortea maniobras para tomarse la Asamblea Constituyente y, desde allí, armar la conspiración y el sabotaje, con el apoyo de la prensa ‘independiente’, derechista, que no cesa, a veces al disimulo y otras abiertamente, en alentar las trifulcas callejeras y la violencia con fines desestabilizadores del régimen democrático.
En el reto de Alianza PAIS, al iniciar la década, constan: extender la red vial, considerada la mejor de Latinoamérica; socializar nuevas enmiendas; incrementar obras sociales, que han cambiado la historia del país; fortificar el trabajo integrado en el sector seguridad para reducir la tasa de delitos, entre otras gestiones administrativas; y en el plano organizacional, consolidar el Frente Unidos y considerar a las juventudes sobre la base de conferencias ideológicas y la elaboración de programas conjuntos que se centren en eliminar definitivamente la pobreza extrema y afirmar la democracia, la justicia social y la equidad. (O)
