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El Telégrafo

El mundo en movimiento

23 de junio de 2012 - 00:00

En estos días han acaparado la atención pública dos eventos de gran magnitud: el del G20 en Los Cabos, Baja California Sur, México y el Río+20 en la ciudad de ese nombre, en Brasil.

Asistieron al primero los mandatarios de los países más ricos e influyentes, además de algunos invitados y representantes de las principales entidades económicas mundiales, y los representantes de los BRICS: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica. El tema central que los congregó fue la crisis que sacude a Europa. Graves preocupaciones embargaban a los asistentes, entre ellos al español Rajoy, que esperaba una solución concreta a la enorme deuda hispana.

El triunfo del candidato conservador en Grecia los tranquilizó. El personaje central fue la alemana Ángela Merkel, a quien sus vecinos europeos exhortaban a flexibilizar las condiciones de los rescates, que ya han operado en Grecia, Portugal, Irlanda y ahora España. El contrapunto lo dio la presencia del socialista Francois Hollande, recientemente triunfador en las elecciones legislativa

s francesas, lo que fortalece su posición de impulsar, junto a las medidas de austeridad, el crecimiento económico. La señora Merkel preconizó el mantenimiento de sus tesis y el impulso a la unión fiscal y bancaria europeas. El FMI recibió “la mayor capitalización de la historia”: 450 mil millones de euros, aunque ya Hollande objetó la posible injerencia de este organismo, aunque en ese continente aún no han probado las recetas del Fondo que, sabemos, conducen al fracaso.

Los grandes problemas sociales de los pueblos: desocupación creciente, pobreza acentuada e incluso bolsones de miseria, no fueron abordados como tales. Se privilegió el salvataje bancario que será pagado por todos los ciudadanos en lugar del apoyo a los más vulnerables. Cabe esperar que, a la larga, se sienta el peso de los BRICS y cambien las perspectivas.

El segundo evento Río+20, que mide los avances desde 1992, tiene como eje el desarrollo sustentable. Marcaron su ausencia los mandatarios de EE.UU., Alemania, Rusia y otros, evidenciando su nula voluntad de compromiso. Ecuador  y otros países incluyeron a la pobreza como enemiga del desarrollo, así como la necesidad de reconocer los derechos de la naturaleza. La correlación de fuerzas no permite prever resultados notables, que deben sustentarse en decisiones políticas. Sin embargo, ellas tendrán que tomarse, ojalá pronto, si queremos que se mantenga la vida humana sobre la Tierra.

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