Ecuador, 28 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Werner Vásquez Von Schoettler

El mesianismo neoconservador

20 de octubre de 2014 - 00:00

Es aquel que redunda por las bocas de diferentes generaciones que invocan a un continuo individualismo casi salido de la nada y que se construiría a partir de su propio vacío y ansiedad de llenarlo todo con su presencia. Este comportamiento neoconservador no es exclusivo de ciertos grupos o clases sociales; es un comportamiento sujetado a una conducta de preservación de sí mismo por sobre los demás. En sí mismo este tipo de pensamiento guarda una angustia permanente por ser reconocido cueste lo que cueste dentro de las estructuras de una sociedad. Lo mesiánico de ese comportamiento está en reivindicar un radicalismo histórico determinista, es decir, que de entrada la historia solo es un escenario plano donde el destino manifiesto de fuerzas superiores se hace carne y hueso en los individuos. De esta forma ese mesianismo rechaza la posibilidad del cambio y la transformación social. Creen en la historia como sucesión de hechos naturales y, por tanto, la propia economía es un acontecimiento natural intrínseco y su máxima expresión lógica los precios en el mercado. Ese determinismo naturalista ha sido fuente, incluso, de enseñanza universitaria con las consecuencias de sustituir el conocimiento científico por una ideologización economicista que señala que los individuos son dados en estado natural y destinados a competir; siendo esta competencia la vía para la pacificación del ser humano, ya que este tiende a autodestruirse. El neoconservadurismo proclama la supremacía del individuo por sobre el ser humano; y no es una contradicción. La forma superior de lo humano estaría en que se convierta en individuo; en medio para la realización del programa naturalista de la economía. Ese neoconservadurismo ataca cualquier forma de relación que fortalezca lo común, lo colectivo, lo comunitario; y ve en ello el peligro latente del desorden social. Por eso toda forma de gratuidad común: salud, educación, etc., atenta al orden natural porque carecen de precio de venta al público. De ahí que detesten a cualquier Estado que se defina como garantista de derechos de servicios gratuitos, ya que -según ellos- los individuos, al no conectarse a través de los precios, pierden la noción de competencia y merecimiento social. El neoconservadurismo es aquel que defiende la competencia no grupal, pero a la vez exige poca movilidad ética y moral de la sociedad. De ahí que siempre invoque a la tradición; a la carga pesada de la historia, su historia de dominación y desprestigie la memoria social y colectiva. Su mesianismo regulador de precios le es vital para imponerse como el referente moral del buen comportamiento y las buenas costumbres. Combaten el libre acceso a la información, a la propiedad, pero defienden el libre derecho de acumular en exclusividad. Lo más peligroso de este mesianismo es su estética del éxito y la seguridad que seduce rápidamente a la clase media: prestigio, diferenciación sostenida en el desprecio y en la inequidad. Patologías sociales del capitalismo proyectadas en el culto al dinero dolarizado.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media