Este 2012 es el año del dragón en el calendario chino. Sin duda, será un período de grandes transformaciones económicas, sociales y políticas. Cambiará la geopolítica del planeta, pero de manera especial en Asia.

Elecciones, surgimiento de nuevos liderazgos y afianzamiento de otros, conflictos por razones políticas, de nuevos mercados y recursos. En lo económico, la región será la de mayor crecimiento mundial, pese a que la crisis continuará en Estados Unidos y Europa.

En China, entre marzo y octubre se producirán cambios, será el tránsito de la cuarta a la quinta generación de liderazgo, de Hu Jintao y Wen Jiabao a Xi Jinping y Li Keqiang. Durante el mes en curso se reunirá la Asamblea Popular Nacional y, en octubre, se ha convocado al Congreso del Partido Comunista Chino, en el que se prevé la designación de Xi Jinping, como su Secretario General. En cambio, Li Keqiang sustituirá a Wen Jiabao como Primer Ministro en el Gobierno de la República Popular de China.

Este mes también habrá elecciones presidenciales en Rusia, donde Putin pretende volver al poder. Por otro lado, en Corea del Sur, una de las más sólidas economías asiáticas, habrá elecciones parlamentarias en abril y presidenciales en diciembre, además de que entre mayo y agosto tendrán la “Expo Yeosu 2012”, una exposición internacional que tendrá como tema principal “Océanos y costas llenos de vida”. En India, la mayor democracia del orbe, se llamará en julio a casi 800 millones de personas, para elegir a su nuevo presidente.

Sin desdeñar la importancia de las elecciones, los posibles cambios y el surgimiento de nuevos liderazgos en el Asia, creo que es fundamental dar seguimiento a algunas relaciones bilaterales y algunos conflictos que existen por razones religiosas, culturales o por recursos en disputa, como ocurrió en Libia. La relación bilateral más importante de todas es en el corto y mediano plazos: China y los EE.UU.

De igual manera, debemos seguir de cerca un conflicto que pasa ya las seis décadas, me refiero al enfrentamiento palestino-israelí y otros más recientes, que empezaron el año pasado, como consecuencia de la denominada “Primavera Árabe”, en tanto que tenemos una guerra civil en Siria, a la que debemos prestar mucha atención, porque son varios los actores involucrados.

Terminamos  2011 e iniciamos este año con un conflicto en el estrecho de Ormuz que controla Irán, el cual amenaza con cerrarlo si continúan las sanciones por parte de USA y la Unión Europea.

La Casa Blanca y el Pentágono han dicho que el cierre de ese estrecho es una declaración de guerra, porque por ahí se transportan 17 millones de barriles de petróleo al día, un tercio de la producción mundial de ese combustible.

Todos sabemos que, muy cerca de allí, EE.UU. tiene su V Flota Naval, con sede en Bahrein, tampoco es secreto para nadie que Irán tiene a Rusia y a China como aliados. Entonces, estoy convencido, y confío para bien, de que es tiempo de Asia.