«Estoy espeluznado por la corrupción galopante en el gobierno de Correa» dijo el presidente Moreno, durante una entrevista con ABC. «El costo de la corrupción en el país en estos últimos diez años llega a un estimado de treinta y cinco mil millones de dólares en coimas, sobreprecios de contratos públicos, evasión tributaria, comisiones en exportación de petróleo, importaciones de derivados, deuda pública y gasto corriente», dijo un miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción.
La corrupción es muy destructiva para cualquier economía. Existen convenciones, tratados, acuerdos y estándares dictados por organismos internacionales que proporcionan un marco de referencia para la prevención y persecución de la corrupción, como resolver los conflictos de intereses que enfrentan los funcionarios públicos, transparentar los presupuestos y compras gubernamentales, prevenir el control del lavado de dinero y activos, nepotismo, entre otros aspectos. Pero la corrupción es un problema complejo en el que intervienen numerosas fuerzas difíciles de describir y evaluar, factores sociales, culturales, políticos, económicos e históricos. La corrupción tiene un fuerte impacto en la economía. Afecta a las finanzas públicas, a la distribución de la riqueza y a la libre competencia. George Akerlof, premio Nobel de Economía de 2001, afirmó que uno de los mayores problemas de la corrupción es el coste que esta supone. Hay que huir de ella por su elevado coste económico. Asegura que «hay una cuestión mucho más importante que no se puede observar científicamente … los ciudadanos pierden la fe en el Gobierno, en lo que este puede hacer y en lo que debería hacer. El Gobierno pierde su legitimidad y eso tiene un efecto que a la larga es mucho más importante que el efecto primero de la corrupción». La corrupción impacta negativamente los niveles de inversión, crecimiento, igualdad y bienestar de una economía. Quienes buscan enriquecerse a costa de un puesto de responsabilidad pública, provocan un sobreprecio en las obras y servicios públicos que es pagado por todos los ciudadanos. Ejemplos más evidentes son la construcción de grandes obras que se financiaron de forma injustificada, con enormes costes y que no generan ningún beneficio social ni ninguna rentabilidad económica. (O)
