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El Telégrafo
Rosalía Arteaga Serrano

Doloroso IESS

09 de agosto de 2022

No es nueva, la vergonzosa situación del IESS y el manejo de los dineros de los afiliados, porque tenemos que concordar que no son recursos del Estado, sino los provistos por cada afiliado y cada parte patronal que aporta mes a mes aquello que por ley debe hacerse, por ello debería haber más cautela todavía en su manejo.

Ya se veía crecer la especie de bola de nieve en que se ha convertido, no solo por la falta de pagos del sector público, como también de algunos inescrupulosos empresarios y morosos aportantes, sino sobre todo por el mal manejo de estos recursos a lo largo de numerosas administraciones.

El IESS se convirtió en caja chica de varios gobiernos, se metió la mano en los fondos de los aportantes, se hicieron inversiones de dudosa, por decir lo menos, rentabilidad, se habla de corrupción a la más alta escala, en la construcción y manejo de hospitales, en las compras de medicamentos que muchas veces caducan o que no se distribuyen en la forma adecuada, en fin, sería una larga y truculenta lista la de las acciones dolosas en contra de una institución que está llamada a prestar servicio a sus afiliados.

Otra cosa que vale la pena mencionar es la diferenciación que debe existir entre los hospitales de la seguridad social y aquellos de la red de atención pública, porque a veces se confunden los conceptos. Interpretándose que todos son y deben prestar los mismos servicios.

A los hospitales públicos podemos acceder todos los ciudadanos, a los de la seguridad social, los afiliados que pagan su mensualidad o los jubilados que también continúan beneficiándose de este servicio.

Los aportes de los afiliados van a financiar la atención de salud, así como a las pensiones jubilares. Esos son los objetivos fundamentales que no debieron ni deben perderse de vista.

Como una forma de invertir los fondos y obtener una rentabilidad y al mismo tiempo dar servicios a los afiliados, se establecieron los préstamos que financian vivienda o situaciones emergenciales y también fondos de cesantía para cuando, temporalmente, los aportantes se quedan sin trabajo.

En estos días estamos enfrentando dos situaciones, por un lado, la deficiente y hasta nula calidad de atención en los servicios médicos y por otro lado el riesgo de que a futuro no se cuente con los recursos con los que se pagan las pensiones jubilares. Los afiliados y la sociedad en su conjunto no debemos perder de vista esta situación y exigir absoluta transparencia a las autoridades actuales.

 

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