El primer imperio que conquistaron los españoles en América fue el de México. Mientras en el Caribe solo se toparon con pequeños cacicazgos fáciles de vencer, los aztecas eran aparentemente invencibles. El mito del caballo y la pólvora como lo decisivo en la conquista no pasa de ser eso: un mito. Mil caballos con sus respectivos jinetes y unos cinco mil mosqueteros (es decir, con mosquetes o armas de fuego) quizá habrían ganado a 50.000 aztecas. Pero Hernán Cortés desembarcó con menos de 700 hombres y 16 caballos, según las crónicas de Bernal Díaz del Castillo. Así que uno debe aceptar lo que dice Octavio Paz en El Laberinto de la Soledad, que los españoles vencieron porque se aliaron con las nacionalidades sometidas por los aztecas, usando engaños y artimañas.
Fue una guerra civil la que permitió la derrota del imperio azteca en 1521. Me inclino a creer que igual pasó con el imperio inca en 1534, porque 400 pelagatos no podían haber conquistado los Andes. Por eso las palabras del nahuátl pasaron al español para designar las nuevas plantas, alimentos y animales de estas tierras. Como los españoles que llegaron a los Andes vinieron de Centroamérica trajeron esas palabras del náhuatl incorporadas al español.
Una de ellas fue tamal (envuelto, en náhuatl) que es un pastel de maíz, a veces relleno con carne. Así fue como en Loja, los conquistadores llamaron tamal al pastel de maíz local que hasta hoy saboreamos. Pero en casi todos los Andes predominó la palabra humita del quechua “huminta” que se ha impuesto, añadiendo el queso de los españoles.
En el quichua (variedad ecuatoriana del quechua) coexiste otra palabra para designar a la humita: choclotanda (de choclo, maíz tierno, y tanda, pan). Los manabas tienen su propia versión, llamada ayaca; confieso que desconozco por qué se llama así en Manabí, con un nombre que también se usa en Venezuela y en Cuba. En todo caso, no confundan la ayaca de maíz con el bollo de verde. En el Brasil se comen las deliciosas "pamonhas" (del tupí). Estas son dulces, con leche y azúcar añadidas a la masa de maíz.
