Los ecuatorianos debemos cuidarnos de quedar sumergidos en la exclusiva visión nacional de los hechos económicos, relegando a un segundo plano el seguimiento a las actividades productivas, comerciales y financieras que se desarrollan a nivel planetario.
Se proyecta para este año un posible retorno de la recesión económica en importantes regiones del orbe. La Unión Europea ha sido declarada en el umbral de un proceso recesivo, en tanto diversos organismos internacionales reconocen que, en países como China y Japón, el crecimiento económico será más bajo de lo proyectado.
¿Y qué decir de nuestra región? Recordemos que el grado de exposición a las turbulencias financieras europeas y a la reducción en la demanda de materias primas y servicios de China se hace más notorio en los países de nuestro continente (Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Venezuela, etc.), en tanto que para Centroamérica y el Caribe influye más el comportamiento del ciclo económico de Estados Unidos.
De ahí que se haga necesario avanzar en los esfuerzos regionales para impulsar una organización que supere la esfera comercial para afianzarse en lo político, económico, financiero y productivo. Pero hay que prestar mucha atención a la atomización o multiplicidad de esfuerzos que se agotan en los numerosos esquemas de integración existentes en América Latina, creando una situación de estancamiento institucional y operativo.
Los procesos de integración en Europa y en nuestra región no son iguales, ya que corresponden a procesos históricos, identidades culturales y características sociopolíticas y económicas distintas. Al respecto, conviene recordar las iniciativas comunitarias de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac).
Pero si los esquemas de asociación regional se mantienen segmentados y apostando en grado sumo al ámbito comercial, no será factible consolidar un proyecto global de inserción de Latinoamérica dentro de la economía y geopolítica mundial.
¿Se podría afirmar que el horizonte de la integración luce un tanto incierto ante la fragmentación de los procesos de asociación, las dificultades que enfrentamos para avanzar en la construcción de la cooperación intrarregional y la consolidación de relaciones con otras regiones del mundo?
Es indudable que se hace necesario avanzar más en el fortalecimiento institucional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) por ser esta la síntesis más genuina de la voluntad política regional dirigida a consolidar y unificar el proceso de complementariedad económica y financiera.
Definitivamente, en 2015, hay que abrazar los principios de solidaridad entre los países latinoamericanos para impulsar cada vez más el proceso de integración de nuestra América, dejando de lado el criterio utilitarista de la competencia entre las economías, para poner mucho énfasis en una estrecha y efectiva cooperación entre países hermanos.
