Numerosos homenajes, dentro y fuera de Cuba, se han realizado, para celebrar el 88 cumpleaños del comandante Fidel Castro. La segunda mitad del siglo XX lo tiene como protagonista o testigo especial de acontecimientos que modificaron la historia. Como ejemplo, desde el triunfo de la Revolución en 1959, compartió junto a su pueblo los avatares de la descolonización africana hasta culminar con el triunfo sobre el apartheid en Sudáfrica. Los líderes de la liberación de ese continente tuvieron en Fidel un amigo cercano, con quien compartieron luchas, derrotas y triunfos. En tiempos de paz y de guerra, los países pobres han contado con su ayuda solidaria y fraterna.
Todo ello mientras resistía el acoso de los sucesivos gobiernos norteamericanos que persisten en su afán de terminar con Fidel y el proceso. La autoridad moral de Fidel no ha podido ser menoscabada, pese a gigantescas campañas mediáticas que han tratado de disminuir su estatura histórica. Pero el imperio no descansa y continúa maquinando en contra de la Revolución.
Se ha hecho público, a través de publicaciones de la Associated Press, un nuevo intento desestabilizador, esta vez de la mano de jóvenes integrantes de supuestas organizaciones de derechos humanos de Costa Rica, Venezuela y Perú, que entre 2009 a 2012 fueron enviados como turistas y voluntarios, para contactar a grupos coetáneos, a fin de convertirlos en ‘agentes del cambio social’. Dos hechos destacan en lo denunciado: que ya no son norteamericanos los que intervienen sino latinoamericanos que despiertan menor recelo; y que se busca a la población joven, más susceptible de ser entusiasmada, pues las carencias conocidas de la cotidianidad cubana se exacerban en algunos de ellos.
Lo que se conoce de este proyecto fracasado, igual que el llamado Zunzuneo en 2009, es que utilizó tácticas de espionaje, camufladas como acciones de voluntariado. La conocida Usaid estaba tras la financiación de los viajes y actividades: campamentos vacacionales, festivales universitarios, apoyo a grupos artísticos de la contracultura y colaboración en programas de salud.
Los gobiernos progresistas de la región deben tomar precauciones ante organizaciones y proyectos parecidos, nueva táctica del imperio para acciones desestabilizadoras. Pero Cuba sigue como su objetivo principal. Ventajosamente, este se suma a otros fracasados intentos, que no han podido torcer el rumbo trazado por sus héroes. Fidel, el mayor de todos.
