Como signo de un sano pluralismo y por el mero derecho de libertad de derecho y opinión, tanto en la sociedad como la Iglesia, no todos los ecuatorianos ni los cristianos vamos a votar por el Sí.
Además, llama la atención para quienes hacemos en nombre de nuestra fe una opción por los pobres al ejemplo de Jesús de Nazaret, cómo los grandes y más poderosos del país hacen con sus medios de comunicaciones comerciales gala de felicidad extrema y de masiva propaganda a favor del Sí. Es de preguntarse si tanta alegría va a redundar en beneficios significativos para los pobres…
La sabiduría de la Biblia en el Libro de Sirácides nos advierte: “No te hagas amigo de uno más fuerte y más rico que tú. Juntarías un cántaro de arcilla y una olla de fierro. Esta golpearía a aquel y lo quebraría… Mientras le seas útil, el rico se sirve de ti… Cuídate, pues, de dejarte engañar, y de venirte abajo por pura estupidez...”.
Entiendo que es por estas y otras razones que un grupo de cristianos de Guayaquil ha decidido hacer pública su decisión de votar No en la consulta e invitar a otros a hacer lo mismo. He aquí su manifiesto:
“Los integrantes de los siguientes grupos eclesiales católicos: Coordinadora de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) de Guayaquil, Equipos Docentes, Grupo Revisión de Vida, CEB de La Troncal, CEB San Antonio, CEB San Rafael y CEB Bien Vivir.
Reunidos en sesión extraordinaria, luego de un serio análisis de la coyuntura política y de las siete preguntas de la consulta del 4 de febrero de 2018, hemos decidido apoyar el No en la consulta, por considerarla de origen capitalista y antipopular, mañosa porque esconde intereses políticos inconfesables, inconstitucional porque no cumple los trámites legales correspondientes”.
Todo esto es una invitación a profundizar sobre las preguntas de la consulta, sus razones y consecuencias, y madurar nuestras opciones al momento de votar. “Que tu ‘sí’ sea ‘sí’ –decía Jesús– y tu ‘no’ sea ‘no’; el resto es del diablo”. (O)
