“Un violinista manabita obtuvo la nota más alta”, fue el título de un importante reportaje  publicado en el diario El Telégrafo de 18-III-2012, en el que se señala que Rafael Castro Zambrano, de 17 años, alcanzó la nota de 944 sobre 1.000 de los 45.133 bachilleres que se sometieron a los exámenes convocados por el Consejo de Educación Superior.
Del extraordinario ejemplo, quiero destacar que no es casual el papel que tiene la música en los excepcionales rendimientos intelectuales de personajes en la historia.

El más famoso es el caso de Albert Einstein, quien posiblemente no era consciente de la importancia que tuvo la música en su vida. “A los seis años ya sabía tocar con soltura el violín”. Lo cierto es que tocaba el piano  o el violín antes y después de sus procesos de reflexión e investigación.

Fue el psicólogo y psiquiatra búlgaro George Lozanov, nacido en 1926, quien en la década de los años sesenta descubrió y aplicó la conexión de determinada música para aumentar los procesos de aprendizaje. A su vez se había dado cuenta del uso de la música de parte de los yoguis,  desde hace miles de años.

Discípulos de Lozanov,  a fines de los años setenta, se fueron a vivir a Occidente, a Estados Unidos y Canadá, y dieron lugar a las grandes tendencias: el súper aprendizaje y el aprendizaje acelerado.

El médico francés Alfredo Tomatis (1920-2001), investigador de extraordinaria importancia, descubrió otras implicaciones de los sonidos en los trastornos de la audición, del aprendizaje y los procesos mentales superiores; de creciente reconocimiento, fue quien acuñó la expresión Efecto Mozart.

En Estados Unidos, Don Campbell popularizó el Efecto Mozart  para adultos y niños.
En los países del primer mundo es fácil encontrar música seleccionada para los niños desde que se encuentran en el interior de su madre.

Los principales autores clásicos y contemporáneos, que han producido música para potenciar los procesos intelectuales y espirituales son los siguientes: J. S. Bach, A. Corelli, G. F. Haendel, G. P. Telemann, A. Vivaldi, D. Scarlatti, M. Ravel, C Debussy, W. A. Mozart, Kitaro, Y. Nakamura, Zamfir, G. Schmidt-Randall, V. Weber, Carulli, Tarelli, entre otros.

Durante el estudio y clases debe oírse música para facilitar  el súper aprendizaje.
Es de extraordinaria importancia que el Ministerio de Educación incorpore y generalice la utilización de música especializada para potenciar la mente y aumentar la capacidad de aprendizaje de los estudiantes ecuatorianos.