Uno quiere escribir sobre temas lingüísticos o literarios, pero no le dejan. No mientras algunos mientan en público. Nos quieren hacer creer que el único problema del IESS es su administración. Mire, compatriota, imagine que usted administra y es socio de la tienda de la esquina. Su otro socio vive en la casa de al lado, nunca mueve un dedo por la tienda, saca todo al fío y nunca paga, y para colmo le obliga a usted a emplear como ayudante de la tienda al sobrino de ese socio. Cuando la tienda empieza a perder, el socio sinvergüenza propone vender la tienda. Eso mismo pasa entre el IESS y el gobierno de turno desde que se fundó el IESS. El gobierno debe millones en pagos de afiliaciones, toma plata del IESS y mete de empleados a sus partidarios. Y cuando hay problemas, dice que vendamos. Primero, eso es ser bien descarado: es como el criminal que mata a sus padres y luego pide clemencia por ser huérfano.
Segundo y más importante, la seguridad social no puede privatizarse. Es un sistema solidario en cualquier parte del mundo. Los seguros privados pueden existir, pero aparte del seguro social obligatorio. Un país capitalista y alineado con los grandes países capitalistas, como Israel, tiene un seguro social modelo en el mundo. Todo el que nace en Israel ya es afiliado al seguro social. Solo los trabajadores administran el seguro, el gobierno y los empresarios pagan su parte y punto. En los años 50, cuando Israel estaba en una crisis económica como nunca ha tenido Ecuador, los médicos del seguro israelí eran como los de acá: empleo en el seguro, en su consultorio privado y a veces un par de horas en una empresa. El Histadrut, sindicato único israelí que administra el seguro social, lo solucionó así: los médicos de nuestro seguro serán solo de nuestro seguro, recibirán un sueldo por las primeras cuatro horas diarias, desde la quinta hora el seguro les pagará honorarios del seguro como consultas privadas. Los médicos jóvenes y de menos recursos aceptaron la oferta. Y funciona bien. Pero en Ecuador, primero que pague el gobierno la deuda; que no sea inverecundo.
