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El Telégrafo

Chávez en la historia

07 de julio de 2011 - 00:00

Hay hombres que resumen en su vida la historia de una época. Hugo Chávez es uno de ellos. Amado hasta el delirio por su pueblo y admirado por los demás del continente, es odiado a muerte por la derecha de su país y el mundo.

Los de abajo lo ven como su redentor y líder y los de arriba como su enemigo cerval. Él mismo se ve como el vengador de siglos de injusticia social y enterrador del poder oligárquico venezolano.

Formado desde niño en una escuela de heroísmo republicano, optó luego por la carrera militar, que entendía como un servicio a la nación, pero se halló con la corrupción política implantada por el sistema bipartidista. Este había sumido en la miseria al pueblo, mientras la burguesía derrochaba alegremente la riqueza concentrada en sus manos.

También había consagrado el atraso del país, convertido en un interminable yacimiento petrolífero, alrededor del cual se levantaban pequeñas ciudadelas de abundancia y gigantescas villas miseria.

Esa Venezuela del siglo XX era famosa por su moneda dura y su poder adquisitivo, pero no producía nada más que oro negro. La carne, las frutas, las hortalizas, la ropa, los muebles, todo era importado. Pero la corrupción era un invento nativo, que carcomía las bases de la nación y consagraba su atraso y su dependencia.

Contra ese sistema oprobioso se levantó el teniente coronel Chávez, junto con sus camaradas de armas, en nombre de esas virtudes republicanas que predicaban los textos de moral y cívica, pero que eran negadas por la acción de una partidocracia rapaz. Fracasaron en su intento de regeneración republicana y pagaron por ello años de cárcel, pero volvieron a la vida pública con las armas de la democracia y hace doce años conquistaron el poder con la fuerza de los votos.

Desde entonces, Venezuela ha cambiado no solo su nombre, sino sobre todo su orientación política, poniendo el poder y los enormes recursos de la nación al servicio de las mayorías. Variadas misiones oficiales han llevado educación, salud y atención social a las barriadas pobres y pueblos olvidados de todo el país.

Ayudas y estímulos oficiales han iniciado la recuperación productiva de Venezuela, que ahora produce gran parte de lo que antes importaba.

Y el país se ha llenado de nuevas obras públicas, pensadas en función del pueblo y el progreso social.

En fin, en lo político, el régimen de Chávez ha construido un vigoroso Partido Socialista y ha creado un sistema de milicias populares armadas, para garantizar las conquistas políticas y sociales alcanzadas.

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