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El Telégrafo
Mónica Mancero Acosta

Carta urgente para la Asamblea

30 de enero de 2022 - 00:00

La canción de Silvio Rodríguez titulada “Canción urgente para Nicaragua” es una oda a los logros revolucionarios y a los cambios que se lograban derrocando a un régimen dictatorial como el de Somoza. Hoy, con mayor urgencia que la de Silvio, me dirijo a la Asamblea, más que como una interpelación como un grito, un grito agudo de dolor por las niñas y mujeres ecuatorianas violadas que, esperamos, les hagan justicia los asambleístas al aprobar una ley que repare la atrocidad de una violación cuyo resultado sea un embarazo que ellas jamás imaginaron.

 

Señoras y señores asambleístas, les propongo que por un momento traten de pensar en una niña, o una joven que sistemáticamente está siendo violada por un familiar cercano, y que ha crecido naturalizando esa violación. Es una niña y no sabe cómo procesar esa violencia cotidiana. De pronto su menstruación empieza a aparecer, apenas intuye lo que pasa en su organismo, no se lo explica, y tampoco presiente lo que puede traer esa transición hacia la ovulación y la menstruación. 

 

Luego de apenas unos meses esa adolescente no vuelve a menstruar, no recuerda las fechas y no lleva registros, se olvidó que le correspondía menstruar, pasan varios meses y sigue sin menstruar, empieza a sentir algunos cambios, como náuseas. Estas molestias pasan y ella sigue su vida hasta que de pronto alguien la observa y se da cuenta que está ganando peso, le increpa y le dice que su vientre está creciendo. Ella pensaba que solamente se trataba de una cuestión de peso, pero no entiende aquello de que el vientre crezca. Le llevan a un médico, le hacen un examen y resulta en un embarazo. 

 

En ese momento es, generalmente, cuando sale a flote el asunto de la violación de un hombre de su propia familia. Se trata de una afrenta sobre otra. ¿Cuánto tiempo le quedaría a esa niña para abortar? Eso depende de ustedes asambleístas, al poner plazos cortos, al revictimizar a la niña mostrándole la ecografía como pretenden, solo van a lograr volver a ultrajarla. ¿Acaso no ha tenido suficiente? Esa niña, si no puede abortar legalmente, será obligada a parir el hijo de su violador y eso es un escarnio que no tiene nombre. Si ella intenta abortar, esto la llevaría presa por haber excedido “los plazos”. 

 

Parece que la violencia contra las niñas y mujeres en este país no tienen salida, llevamos entrampados más de una década luchando para que al menos el aborto por violación sea despenalizado, ya lo fue gracias a la Corte, hoy corresponde reglamentar las formas para hacerlo. Pero en medio del debate se intentan poner cortapisas para que ese derecho de reparación, que ya fue dictado constitucionalmente, pueda hacerse efectivo.

 

Sin embargo, asambleístas, en sus manos está que el derecho a abortar en caso de violación se efectivice con agilidad, con atención médica, con cuidados, con una reparación integral. Ellas lo merecen y así la sociedad ecuatoriana, que mayoritariamente apoya la despenalización del aborto por esta causal, pueda reconciliarse con sus niñas y mujeres violadas.

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