El manual del perfecto candidato ordena: si no te conocen, fija tu imagen. Si no recuerdan tu nombre: grábalo de todas las formas posibles y mejor si lo relacionan con tu cara y con lo bueno que has hecho en la vida. Utiliza ante todo la televisión y de vez en cuando aparece en las entrevistas solo para fijar tu pensamiento e imagen. Mejor si es en aquellos canales que hacen oposición al gobierno de turno. Y si quieres ser presidente, adelanta la campaña un año antes.
Por lo tanto, los spots “high definition” que vemos últimamente en la televisión, las páginas enteras en los diarios y las cuñas radiofónicas tan dulces y tiernas no son inocentes. La gente lo dice, la prensa no. Quizá porque es tan onerosa la campaña “publicitaria” que con ella algunos medios solventan los sueldos de sus empleados y no entra tampoco en el conteo del gasto electoral. Bastaría recordar lo dicho por el personaje de los spots: “Recorro el Ecuador desde hace tres años. He realizado más de 100 viajes por todas las provincias. He podido conocer los rostros de la economía ecuatoriana, del Ecuador profundo… Hay una tarea pendiente: millones de ecuatorianos no tienen oportunidades… Soy una persona sensible, que le preocupa lo que pasa con los ecuatorianos”. Es el mismo que reconoce que en estos últimos tres años le ha ido muy bien en su negocio. Lo declara en cuanta entrevista le hacen.
Esto en boca de un banquero suena revolucionario, si no se tiene memoria y mucho menos si no se cuenta con los datos de la realidad y sin los análisis sobre las visiones de quienes proponen un cambio en plena época de cambios. Un ex alto banquero me cuenta que conoce bien a quien ahora se perfila de presidenciable, tras la publicación de un libro y la exaltación de su presencia en los barrios. Me dice haciendo una mueca muy remordida: “No me da mucha confianza”. Y uno de sus amigos cercanos confiesa: “Tiene la película clara: quiere ser presidente, pero tantea el terreno. Si ve que puede perder, se abre y deja a todos con los churos hechos”.
No hay duda: simbólica y políticamente un banco quiere la Presidencia del Ecuador para 2013. Y un banco es toda una estructura mental, ideológica, doctrinaria y hasta cultural. No nos llamemos a engaño: se trata de una propuesta política y económica para contrarrestar el actual modelo y proyecto político. Y es en ese terreno que se debe entender la campaña mediática y supuestamente publicitaria que ahora ocupa espacio y tiempo, con sus costes, en los medios.
