La totalidad de Alianza PAIS (AP) quiere la reelección de Rafael Correa. Las organizaciones afines, al igual que sectores ciudadanos, que han apoyado el proyecto político en 10 elecciones consecutivas, incluidas 3 consultas, tienen la misma posición. A lo largo de este año se han expresado y lo siguen haciendo.
En consecuencia con ellas, una vez que la Asamblea apruebe las enmiendas constitucionales con base en la propuesta original, avalada por la CC, sin cálculos ni encuestas dudosas, una Convención Nacional de AP, con la participación democrática de las bases, deberá decidir sobre su candidatura, para que el pueblo se pronuncie en las urnas. La oligarquía lo sabe y solo porque se ve perdida en la AN, plantea la consulta popular, en la que jamás ha creído. Sus sirvientes presionan para el retiro de las enmiendas, la mayoría del pueblo, las apoya. En esas condiciones, retroceder no es bueno, afectará a todos, Asamblea, AP, aliados; sería un triunfo de la derecha y el imperio. Lo harían aparecer como ‘victoria’ del pueblo y se apreciaría como duro golpe al proceso democrático de América Latina, en condiciones que varios de sus gobiernos (Brasil, Venezuela, Bolivia, Argentina), acosados por las mismas fuerzas retardatarias. Daría lugar a confrontaciones internas, incertidumbre y desmoralización de impredecibles consecuencias. Las condiciones políticas del país están dadas, se está sorteando el duro momento económico, derrotando las posturas pro FMI, siendo esto un ejemplo que hay que culminar exitosamente.
No se trata, por cierto, de menospreciar a ningún aspirante, mucho menos a Lenín Moreno, ni proclamar que de una sola figura depende la RC, pero esta ha sido ya ungida, reconocida y proclamada en todas partes, por habérsela jugado por la patria, por sus enormes sacrificios y logros; no obstante ciertos errores, como haber incorporado elementos desleales, traidores y utilitarios; oportunistas y ambiciosos, como colaboradores. Con razón Hugo Chávez reflexionaba en su momento: “En la revolución no podemos tener escuálidos dirigiendo instituciones; ni mucho menos en puestos clave… Sería una bomba de tiempo”. Y sí que lo es. Su insensibilidad, ineficiencia y ambición de poder, provocan indignación, crean ambientes desfavorables que fortalecen la oposición. Hay que corregir, justo ahora, para afianzar su reelección, lo que provoca terror en los enemigos y asusta a uno que otro pusilánime.
Desde las filas bolivarianas alfaristas de AP, se llama a las bases y amigos a pronunciarse; exigir el debate, democrático y transparente de la propuesta excluyente, que trasciende, aunque sean respetables, las barreras personales. Todos los que nos hemos jugado desde el primer momento y en cualquier difícil circunstancia debemos provocar en los frentes, sectores y territorios la discusión amplia y sincera; no podemos ser indiferentes y menos aceptar decisiones inconsultas, tomadas en reducidos círculos, por muy respetables que sean. No se debe ensayar fórmulas que difícilmente puedan lograr ciertos objetivos. ¡Es peligroso! ¡Lo advertimos!
Rafael Correa, dijo “ni un paso atrás”; y “no volver al pasado”, por ello mismo se debe aprobar la enmienda sin transitorias. Hay que derrotar las posiciones aventureras, derrotistas que más bien apuntalan ‘pelucones’ intereses; malos cálculos políticos pueden provocar resultados peligrosos para el pueblo y la patria.
El conjunto de AP tiene una responsabilidad histórica que, junto a la mayoría del pueblo, sabrá asumirla, en armonía con su carácter revolucionario, y todos deberemos acatar y respetar. (O)
