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El Telégrafo

América Latina junto a las Malvinas (2)

01 de marzo de 2012 - 00:00

De acuerdo al principio del uti possidetis juris, Argentina heredó los derechos españoles, esto es que a las emancipadas Provincias Unidas del Sur le corresponderían los mismos límites  que al extinto  Virreinato del Río de la Plata, por ser su continuidad histórica y jurídica,  dice Gabriel Martínez.

Tan claro se encuentra el asunto de la propiedad de las Malvinas que son algunos los personajes ingleses -escritores, analistas, políticos y juristas- que han estado de  acuerdo en la frágil situación del Reino Unido en lo que tiene que ver con sus derechos sobre las Malvinas. Nos referiremos solo a dos. En 1834 el duque de Wellington, por entonces Primer Ministro de Inglaterra, manifestó: “He revisado todos los papeles relativos a las Falkland. De ninguna manera encuentro claro que alguna vez hayamos sido titulares de la soberanía de las islas”.

En 1936, John Troutbeck, alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido, señaló: “Nuestra toma de posesión  de las islas Malvinas en 1833 fue tan arbitraria (…) que no es por tanto fácil de explicar nuestra posición sin mostrarnos a nosotros  mismos como bandidos internacionales”.

Para reforzar su presencia en las Malvinas, en la invasión que hizo Inglaterra en 1833,  no solo expulsó a los argentinos de sus propiedades isleñas, sino que en repetidas fechas trasplantó a un número considerable de sus súbditos al archipiélago sudamericano. Y ahora el Reino Unido intenta fundamentar su presencia en esas poco pobladas tierras, con la autodeterminación de los habitantes de las islas.

De las 16 colonias reconocidas actualmente, en el siglo XXI  por la ONU,  10 están sujetas a la corona  británica, que aparentemente mantiene el convencimiento de que tiene derecho a dominar cualquier lugar del mundo, aunque ahora le hagan falta los servicios de aquellos piratas que siglos atrás se encontraban al servicio de Isabel I. ¿Cuál será la razón que mueve a Inglaterra a aferrarse a las Malvinas, pese a que carece de derechos para ello?

Además de la estratégica posición  de las islas en el Atlántico Sur, que en cualquier caso facilitaría las ambiciones y acciones militares de Gran Bretaña -y también de Estados Unidos, su primer y más importante aliado-, de seguro que tienen que ver en este afán expansionista las vastas reservas petroleras que se encuentran en las Malvinas, ahora ilegalmente  explotadas por el Reino Unido, del mismo modo que codiciadas riquezas minerales de los fondos marinos que se encuentran en la plataforma continental de aquellas islas ubicadas frente a las costas de Argentina y a miles de millas de Londres.

¿O será también la abundancia pesquera de sus mares adyacentes, incluyendo al krill, aquel crustáceo rico en proteínas del cual se derivan valiosos productos de laboratorio?

Ante esta manifiesta intención inglesa de traer a nuestro continente la confrontación armada con la ayuda y el apoyo de Estados Unidos,  las naciones de América del Sur y del Caribe se han pronunciado enérgicamente por la solidaridad hacia Argentina, rechazando las acciones atentatorias que con tanto descaro hace Inglaterra en contra de la integridad y la soberanía de nuestro hermano país del Sur.

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