Conflictos políticos que se dirimen en las calles: eso es algo que en Alemania solo aparecía en las lecciones de historia, al referirse a los excesos de la década de 1920. Entonces, partidarios de la izquierda y de la derecha políticas arremetieron unos contra los otros, dejando una secuela de innumerables muertes.
Ahora, la violencia política regresa a Alemania. En Bremen, el diputado del Bundestag y dirigente estatal de “Alternativa para Alemania” (AfD), Frank Magnitz, fue golpeado brutalmente por desconocidos. La propia AfD no encontró nada mejor que publicar en Twitter una foto del herido, sin disimular las lesiones sufridas. Al parecer nada es lo suficientemente horrendo como para apelar a la reconciliación, así sea solo por momentos. A la violencia en las calles le sigue una discusión llena de odio.
A la postre, casi todos los medios informaron sobre este caso. Pero lo hubieran hecho más oportunamente si la víctima hubiera sido un miembro de alguno de los llamados “partidos establecidos”. La AfD tiene pocos amigos en los medios alemanes. Pero cuando se trata de violencia abierta, cualquier diferencia debe dejarse de lado.
¿Cuándo comienza y cuándo acaba la violencia? Todos los analistas están de acuerdo: El tono de discusión en el Bundestag es otro, desde de que entró la AfD. Esta habla de “hombres con cuchillo y muchachas con velo” al referirse a los refugiados. Lo hace de manera generalizada y llena de odio. Por su parte, los otros partidos no han encontrado un modo adecuado para impedir la escalada con la nueva derecha.
Sea quien sea el autor del ataque al diputado Magnitz en Bremen, se verá (según puede suponerse) amplificado por un clima político lleno de histeria, proveniente de todos los frentes. Sobre todo, esto tendrá lugar en las redes sociales. La gran mayoría de las personas en Alemania nada tiene que ver con tales sucesos, y se aparta de ellos, indignada. Pero también calla. (O)
