Es lamentable el deterioro que la sociedad ecuatoriana está sufriendo, aún más con los últimos actos bochornosos y de violencia generados por partidarios del No, lo que constituye un atentado contra nuestro Ecuador democrático y un mal ejemplo para los niños. La falta de ética, civismo, tolerancia por parte de estos individuos también es una clara muestra de la violencia de todo género que vive el país. Los niños se encuentran en una etapa del desarrollo cognitivo idóneo para aprender moral, normas sociales, valores y principios. Según Bandura y su teoría del “aprendizaje social” los niños aprenden observando y luego imitan comportamientos. Por lo tanto, los adultos tienen que ser un buen modelo a seguir. El incidente ocurrido entre dirigentes y activistas no es una simple falta de respeto escudada en el nombre de la “libertad de expresión”. Hechos como estos no pueden ser ignorados. Fuimos espectadores del acoso moral que vivió el Mandatario en las urnas y no nos podemos quedar con los brazos cruzados.
El acoso moral (bullying o mobbing) es el maltrato físico y psicológico. Se presenta no solo mediante agresiones físicas sino también a través de insultos, rumores, burlas, amenazas, injurias, palabras soeces, apodos, menosprecios, provocaciones, humillaciones para amedrentar a la víctima. Estos son utilizados con el objetivo de ocasionar daño intencionalmente. El problema del acoso moral es que mediante este se camufla la violencia, la discriminación étnica, de género por orientación política, sexual o de clase social. La violencia verbal cotidiana emplea estrategias que, en la mayoría de casos, no se puede evidenciar y, por lo general, deja heridas a nivel emocional difíciles de identificar. Cuando el acosador no puede agredir físicamente a la víctima, utiliza la violencia verbal y los gestos para no dejar huellas. El objetivo es confundir y bloquear psicológicamente a la víctima, mediante provocaciones y amenazas presentadas como argumentos, provocando en la víctima angustia, estrés, depresión y, en algunos casos, suicidio. Dentro del círculo de acoso moral los sujetos maltratadores (bullies) utilizan generalmente el mismo patrón de conducta hostigadora para intimidar a la víctima e infundir miedo. También emplean mecanismos psicológicos sutiles para ir destruyéndola y restándole autoestima. Ya en Europa se están haciendo campañas en contra del acoso moral (mobbing o bullying). Nuestro Mandatario es blanco de violencia y de acoso moral, producto de la crisis ética y humana que sufre el país. Los maestros tienen autoridad legítima para corregir este asunto y el Estado también. Exigimos que se dicten leyes en contra del acoso moral en todos los ámbitos. Es necesario luchar contra el acoso moral para promover una sociedad multiétnica con libertad de culto, con respeto a las minorías y a la diversidad, pero por sobre todo a favor de la dignidad y la democracia.
* Por razones de espacio fue necesario editar la presente columna.
