Hoy quiero aprovechar este espacio de opinión para contarles de ese histórico logro conseguido por un grupo de profesionales, contarles que junto a Carolina, Virginia, Fernando, María Augusta, Rodrigo, Carlos, Walter, Marco, Vero, Mauricio, Jorge y demás amigos que han aportado en este proceso, logramos construir desde la iniciativa ciudadana la segunda denuncia de remoción contra Jorge Yunda, para librar a Quito de la administración más nefasta que ha conocido la ciudad.
A nosotros, no nos motivó el odio como algunos pretenden hacerlo creer, a nosotros nos motivó el AMOR (con mayúsculas), porque solo quien tiene amor por su ciudad, su casa, su familia y amigos, es capaz de trabajar durante meses en una veeduría ciudadana, sin pago alguno, con el único objetivo de cambiar y mejorar nuestra condiciones de vida.
La Remoción es el resultado de ese profundo amor por el Centro Histórico Patrimonio de la Humanidad, por nuestros barrios del centro, norte, sur, valles en donde vivimos. Nuestro trabajo siempre ha estado cargado de profundas convicciones sobre la democracia y la participación ciudadana porque no nos conformamos elegir autoridades cada cuatro años, hemos querido incidir en la gestión municipal, proponer alternativas para el desarrollo, repensar una ciudad que ha sido golpeada por la pandemia, el desempleo y la pobreza.
Pero la Remoción de Yunda fue posible por la decisión de catorce concejales que escucharon a sus electores, apostaron por la DEMOCRACIA y tres de ellos reafirmaron sus tesis ideológicas: la fuerza de la organización social y la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA.
Sin embargo la salida de Yunda y su familia no será suficiente. Es vital que los diferentes sectores ciudadanos, barrios, colectivos, asociaciones, comerciantes, cámaras, trabajadores, estudiantes, activistas, académicos, artistas, dirigencias y mujeres podamos juntos construir una gran AGENDA DE CIUDAD para el futuro y volver a ser QUITO LUZ DE AMÉRICA.
