La victoria de nuestras Fuerzas Armadas en la guerra del Cenepa, en 1995, permitió a los diplomáticos ganar la paz en 1998. El alto costo que la guerra supuso para los dos países en vidas humanas y en recursos persuadió de que había llegado la hora de superar sus diferencias pacíficamente.
Ecuador planteó su aspiración de llegar al río Amazonas y de recuperar su derecho para navegar libremente. Lo hizo invocando la tesis de inejecutabilidad del Protocolo de Río de Janeiro, cuando era ya evidente que ninguna solución sería posible fuera del marco del instrumento y que lo más conveniente era emprender en una negociación a cambio del cierre de la frontera.
Apoyados por los países garantes, Ecuador y Perú se comprometieron en la elaboración de acuerdos sobre integración fronteriza, comercio y navegación en los ríos orientales y sobre medidas de confianza mutua y seguridad. El proceso se extendió desde 1995 hasta 1998.
Los presidentes Alberto Fujimori y Jamil Mahuad tomaron a cargo personalmente el tema; y, sin poder llegar a un entendimiento, solicitaron a los países garantes la fórmula de solución, en un expediente con evidentes características de arbitraje.
La solución vino el 23 de octubre de 1998. El convenio sobre integración fronteriza estaba llamado a fortalecer los lazos entre los dos pueblos y profundizar los vínculos de todo orden.
El convenio sobre comercio y navegación estaba dirigido a otorgar a Ecuador derechos de libre navegación por el Amazonas. Le concedió también dos centros de comercio y navegación sobre el gran río, a manera de puertos, posibilidad que le permitiría aprovechar para hacer realidad su reivindicación.
La firma de los acuerdos de paz tuvo lugar en Brasilia, el 26 de octubre de 1998. Los dos países que habían ganado la paz pasarían a ser socios. Ecuador y Perú han mantenido una relación abierta y franca. Se han reconocido como naciones hermanas y han reunido sus esfuerzos en pos de su desarrollo. (O)
