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La zoo-inmersión, la nueva propuesta de los zoológicos para el cuidado de las especies

 Nuestro pequeño Ecuador es cada vez más grande en dar muestras de amor y respeto a la vida.
Nuestro pequeño Ecuador es cada vez más grande en dar muestras de amor y respeto a la vida.
Foto: Cortesía Pixabay
11 de julio de 2016 - 00:00 - Redacción Actualidad

Desde hace tiempo se viene discutiendo sobre la legitimidad y permanencia o no de los zoológicos, de lugares de distracción como circos, del tráfico de animales silvestres y de la caza inmisericorde. Pero hasta la fecha no se consigue un consenso que frene estas prácticas. No puede ser que aún se permita separar a los animales de su ambiente y, que muchos de ellos sean trasladados a sitios ‘confortables’ en los que sufren maltratos, todo para brindarnos entretenimiento. No es natural que la vida de estas criaturas transcurra fuera de su paraíso, separados de sus manadas, alimentos y limitados a espacios reducidos, sin lograr reproducirse. Es decir, rompiendo la armonía y, sobre todo, en contra de la leyes naturales. Hoy más que nunca debemos cambiar nuestra manera de pensar y decir: ¡No a la exhibición y sí a su libertad! Hace pocos días la ONG Animal Defender International (ADI) inició una gran acción en la que 33 leones fueron rescatados y liberados de circos en Perú y Colombia. Los felinos fueron transportados desde los almacenes del aeropuerto internacional Jorge Chávez (Lima) a Johannesburgo (Sudáfrica), con destino al santuario animal Emoya Big Cat, una reserva cercana al río Limpopo donde fueron liberados. Su nueva casa consiste en 5.000 hectáreas para correr, jugar y emprender una nueva vida. Dejaron atrás jaulas y pequeños espacios para ir al reencuentro con su tierra y sus recuerdos quizá ya perdidos.

Que estas acciones de lucha por el respeto a la vida sean el inicio de una nueva forma de pensar, que nunca más existan cárceles para nuestros hermanos animales, que ya no se den noticias como la de Arturo, el último oso polar que quedaba en Argentina y que falleció a punto de cumplir los 31 años en el zoológico de Mendoza, a miles de kilómetros de su hábitat natural, el Ártico.

De igual forma, que no sean noticia los accidentes en que niños y adultos caen dentro de las fosas de animales de los zoológicos. En algunos casos, por la ternura de los mismos animalitos, los humanos han sido cuidados y protegidos, como ocurrió en 1996, cuando un niño de 3 años cayó en la zona de los gorilas en el Zoológico Brookfield de Chicago y una gorila llamada Binti Jua tomó en brazos al niño inconsciente mientras llevaba a sus propios gorilas bebés en su espalda, protegiéndolo así de los otros gorilas. Gracias a esto lograron rescatar al niño ileso.

Pero no siempre estas historias tienen un final feliz. En 2014, el tigre blanco Vijay mató a un hombre de 20 años que cayó en su foso, en un zoológico de Nueva Delhi. Existen muchos casos similares por lo que cabe preguntarnos: ¿Quién es el culpable? Estas situaciones son el resultado de varios factores: puede ser por la imprudencia de quienes visitan estos lugares o por falta de seguridad, señalética o guianza; producto del encierro y del hábitat ajeno para los animales, o porque los espacios no son adecuados. Pero los responsables principales somos nosotros por capturarlos e interrumpir su vida. Se pueden describir todas las causas, pero lo importante sería alzar la voz y decir: ¡Nunca más! En otras ocasiones se han activado los protocolos de seguridad dentro de los zoológicos y en los casos en los que corría peligro la vida de algún visitante, han sido los animales los sacrificados. Primero los separamos de su medio y luego les ocasionamos la muerte.

Existen varias acciones que se están llevando a cabo en el mundo por parte de diferentes actores sociales que levantan su voz para pedir que se respete la vida de los animales. Un ejemplo claro sobre este tema es nuestro país, ya que en la Constitución se concede derechos a la naturaleza, lo que implica una responsabilidad no solo para quienes habitamos en la mitad del mundo, sino para todos los habitantes del planeta.

Otra muestra de amor a la vida se dio el 21 de marzo del presente año, cuando el presidente Rafael Correa firmó el Decreto Ejecutivo con el que se creó el Santuario Marino de Galápagos, ubicado entre las islas Darwin y Wolf, dentro de la Reserva Marina. El Santuario se enmarca en la nueva zonificación de Galápagos y se trata de una zona denominada ‘No Take’ o de protección especial, con el fin de proteger a los tiburones martillo, especie en peligro de extinción. También contiene el último arrecife de coral y cuenta con la mayor abundancia de tiburones jamás reportada en el mundo, incluyendo la única migración de tiburones ballena en estado de gestación a escala planetaria. Con estas acciones estamos garantizando la preservación del medioambiente y el incremento del turismo consciente.

En el ámbito internacional se debe destacar la decisión de Costa Rica de cerrar sus zoológicos, iniciativa a la que se suman otros países como India y Hungría. También cabe señalar las políticas adoptadas en Chile, donde se trazaron líneas en contra de la explotación de los delfines. Por otra parte, en los Estados Unidos próximamente prohibirán el cautiverio de chimpancés y en Uruguay, así como muchos otros países, se ha prohibido los circos con animales.

Actualmente, las áreas protegidas en el Ecuador representan aproximadamente el 20% del territorio nacional. Ahí se conserva una inmensa variedad de especies de flora y fauna, de las cuales un importante número son endémicas. Se puede afirmar que vivimos rodeados de naturaleza a la que es fácil acceder y conocer estos lugares gracias a las nuevas vías e infraestructura que se ha construido. Sería interesante utilizar la tecnología para hacer que estas visitas tengan una experiencia virtual, con colocación de cámaras en diferentes lugares de nuestros parques y de este modo observar a distancia, en los centros de interpretación, la naturaleza y el comportamiento animal sin alterar la vida de quienes habitan estos espacios, de forma adicional —lógicamente— a los recorridos establecidos. Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación nos pueden permitir disfrutar y conocer la naturaleza de una manera virtual.

Existen actualmente varios zoológicos con una producción sorprendente, espectacular, bajo un concepto denominado zoo-inmersión. Esto consiste en que los animales no están enjaulados y pueden andar libremente por las instalaciones, las cuales cuentan con grandes extensiones de terreno. Lo novedoso de estos espacios es que se utiliza ríos, estanques, arroyos y rocas para separar a los visitantes de los animales; barreras imperceptibles, buena alimentación y un trato correcto son pasos en la dirección correcta.

El Zoológico de Quito en Guayllabamba se ha convertido en un modelo y referente no solo a nivel latinoamericano, sino también mundial. Es una muestra de aquello en lo que pueden transformarse estos lugares cuando se manejan bajo una nueva visión, enfocada en la conservación y en la educación ambiental.

Su Director, Juan Manuel Carrión, afirma: “Los zoológicos del siglo XXI están llamados a cumplir un importante rol como espacios de formación ciudadana; nuestra misión es crear conciencia entre los visitantes del valor de nuestro patrimonio natural, recordarles que los animales silvestres no son mascotas, que todos los que aquí cuidamos han sido rescatados del comercio de vida silvestre o son sobrevivientes de intentos de cacería y ya no pueden reinsertarse en su medio natural.

Nos consideramos una casa de acogida para nuestros hermanos animales damnificados de la crueldad humana. Aquí tenemos exclusivamente fauna nativa del Ecuador —a excepción del león y los avestruces africanos, que también proceden de situaciones de rescate animal—. Para nosotros ser el mejor zoológico no significa tener los ‘mejores animales exóticos’ o tener espectaculares exhibiciones, sino es ser el mejor para la sociedad local, como punto de encuentro para la reflexión, aprendizaje y compromiso con mejores prácticas ambientales individuales y colectivas”.

En el último congreso de la Asociación Latinoamericana de Parque Zoológicos y Acuarios realizado en Cali el pasado mes de junio, el Zoológico de Quito en Guayllabamba obtuvo el primer y el tercer puesto, otorgados por los asistentes al evento, como un reconocimiento a sus propuestas innovadoras y por su trabajo en el ámbito de la educación ambiental en Zoológicos; lo obtuvieron por sus ponencias referidas a la sala lúdica-educativa Osos de Quito y por la campaña de concientización sobre el cóndor andino desarrollada en la comunidad de Zuleta.

Podemos afirmar que nos falta mucho por hacer, pero también podemos decir que se ha hecho mucho y, que nuestro pequeño Ecuador es cada vez más grande en dar muestras de amor y respeto a la vida. (O)

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