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El Telégrafo
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Kawhi leonard se llevó el trofeo mvp

Los Spurs destronan a los Heat del reinado de la NBA (GALERÍA)

Los tres jugadores fundamentales con los que contó el quinteto de San Antonio para llevarse el anillo: (desde la izq.) Tony Parker, Tim Duncan y Manu Ginóbili. Foto: EFE
Los tres jugadores fundamentales con los que contó el quinteto de San Antonio para llevarse el anillo: (desde la izq.) Tony Parker, Tim Duncan y Manu Ginóbili. Foto: EFE
17 de junio de 2014 - 00:00 - Agencias

A la segunda fue la vencida. Con un contundente marcador 104-87, sobre unos desfigurados Miami Heat, los Spurs de San Antonio se proclamaron campeones de la NBA.

Tras perder la final de 2013 contra el mismo rival, la franquicia de San Antonio, de la mano de un sensacional Manu Ginóbili, se tomó la revancha y trituró al ‘todopoderoso’ tridente de Miami: Lebron James, Chris Bosh y Dwayne Wade.

Los jugadores de Miami fueron incapaces de parar a un conjunto en el que todo el quinteto inicial jugó a nivel de estrella.

El equipo abridor formado por Ginóbili, Tim Duncan, Tony Parker, Danny Green y Kawhi Leonard fue demasiado este año para el Heat, que no pudo hacerse con su tercer anillo consecutivo en la NBA.

Fue el anillo del pase como forma de vida, del ‘Big Three’ (Duncan, Parker y Ginóbili) sin egos ni glamour, de la estrella muda (el MVP Leonard), del entrenador (Popovich) capaz de reinventarse de psicópata del orden en gurú del arte, de la franquicia que buceó en el draft (solo Duncan es una elección Top-14) y en el mundo (9 campeones nacieron fuera de EE.UU.) para construir una de las grandes máquinas ofensivas de la historia.

Fue el anillo de los viejos a los que se dio por derrotados, de los que no se rindieron tras el durísimo golpe del año pasado, de quienes convirtieron en vulgares al mejor jugador del mundo y a un rival histórico. Fue el anillo del baloncesto puro. Fue una exhibición.

Y eso que Miami, orgullo de bicampeón, llegó a San Antonio dispuesto a hacer historia y levantar un 3-1 en contra. Spoelstra al fin se rindió a la evidencia y dejó a Chalmers fuera del quinteto para meter a Ray Allen y que LeBron, para no variar, se encargase de todo: dirigir, anotar y defender a Parker.

Animados por empezar al fin un partido con 5 jugadores vivos (mejor dicho, 4,5 con el actual Wade), los Heat comenzaron como un cohete. Bueno, en realidad fue LeBron el que lideró a los suyos hasta una ventaja de 6-22 a los 7 minutos del primer cuarto.

Leonard y Ginóbili -que aportó 19 puntos, incluido un mate espectacular sobre toda la defensa de los Heat- fueron los que levantaron en lo anímico a los Spurs.

Manu, de 37 años, que logró su cuarto título de liga, jugó 29 minutos en los que anotó 6 de 11 tiros de campo, incluidos 3 de 6 triples, y 4 de 5 desde la línea de personal, además de capturar 4 rebotes y repartir 4 asistencias.

Duncan, el eterno, el mejor ala-pívot que se convierte en el segundo jugador de la historia en lograr el anillo en 3 décadas diferentes, puso a los suyos a tiro de una canasta antes de que Kawhi, con un triple en el contraataque, y Ginóbili, culminen la remontada.

Con un Parker aún sin anotar, los Heat empezaron a desprender olor a cadáver, y fue el talento imprevisible de Patty Mills que puso los últimos clavos en el ataúd con unos minutos de amplia inspiración.

Al recibir el anillo el comisionado de la NBA, David Silver, lo explicó: “Gracias por demostrar al mundo lo hermoso que puede ser este deporte”. Luego, el festejo fue emoción pura, con el abrazo entre Duncan y Popovich, 17 años juntos, como el final romántico de una gran película.

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