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El Telégrafo
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Buena parte del éxito norteamericano en el mundial de baloncesto es responsabilidad del entrenador Mike Krzyzewski

La NBA sigue siendo un planeta diferente (Galería)

La selección estadounidense festeja el título mundial alcanzado este fin de semana en Madrid. Este es el quinto campeonato que gana el Team USA.
La selección estadounidense festeja el título mundial alcanzado este fin de semana en Madrid. Este es el quinto campeonato que gana el Team USA.
16 de septiembre de 2014 - 00:00 - Agencia AFP

Tras la conquista de su quinto título mundial, derrotando el domingo en Madrid a Serbia por 37 puntos (129-92), la selección de Estados Unidos, formada por jugadores de la NBA, volvió a demostrar que, en básquet, es un planeta diferente al resto del mundo.

Desde que perdió la semifinal del Mundial de Japón-2006 contra Grecia, Estados Unidos no ha vuelto a perder un partido, encadenando 2 oros olímpicos (Pekín-2008 y Londres-2012) y 2 títulos mundiales (Turquía-2010 y España-2014), mostrando una superioridad abismal sobre el resto.

Solo se le había acercado España, en las 2 finales olímpicas, pero en ‘su’ Mundial, el equipo español demostró que quizás la generación más talentosa de su historia haya tocado techo y que no puede ir a más de ese tope.

Más allá de la exhibición en la final, los estadounidenses demostraron durante el torneo que no tienen rival. Se paseó en la primera fase, ganando por una media de 33 puntos de diferencia y anotando 102 por partido a sus rivales en Bilbao: Finlandia, Turquía, Nueva Zelanda, República Dominicana y Ucrania.

Se suponía que con la llegada de los cruces, al enfrentarse a rivales de mayor nivel, el Team USA podría encontrar mayores dificultades, pero lejos de eso, los estadounidenses fueron a más, aumentando su anotación a 107,5 puntos por partido y manteniendo los 33 puntos de diferencia de media. La contundencia siempre fue su estrategia.

El equipo estadounidense dejaba dudas al llegar a España: no tenía ninguna superestrella, sus jugadores eran inexpertos y su juego interior no parecía a la altura del resto. Pero se ha comportado más que nunca como un equipo, con un gran sacrificio en defensa, y su juego interior (formado por Kenneth Faried, Anthony Davis y Demarcus Cousins) fue clave en el éxito.

Buena parte del mérito de este oro corresponde a Mike Krzyzewski. Este técnico universitario llegó a la selección a finales de 2005 con el objetivo de devolver a Estados Unidos al primer puesto del baloncesto mundial, tras los fracasos en el Mundial de Indianápolis-2002 y los Juegos de Atenas-2004.

Y lo ha logrado, pese al traspié en Japón-2006. Pero más allá de las medallas obtenidas, el gran mérito de Coach K es hacer jugar como un verdadero equipo a diversas selecciones de jugadores de la NBA y saber gestionar sus egos, sin haber entrenado nunca en la liga profesional.

Que Serbia haya jugado la final, pese a perderla, es una buena noticia para el básquet, porque esta potencia europea llevaba 3 años de dudas y, además, ha recuperado la mejor versión de Milos Teodosic, uno de los mejores jugadores del mundo. El bronce para Francia también es destacable, sobre todo porque los vigentes campeones de Europa se presentaron en España sin su líder Tony Parker, ni Alexis Ajinça, ni Nando de Colo.

Con una gran defensa y liderados por Nicolas Batum y Boris Diaw, los franceses lograron la medalla con toda justicia.

España fue la gran decepción del certamen

Caer en cuartos, anotando 52 puntos ante Francia, puede ser el triste epílogo a la mejor generación de la historia del básquet español.

El anfitrión fue la gran decepción del campeonato, sobre todo por las expectativas que se había creado en torno a un equipo del que se decía que era el máximo favorito al oro, incluso por encima de Estados Unidos.

Si España debe afrontar una renovación, este proceso ya lo ha iniciado Argentina, que simplemente cumplió en este mundial, clasificándose tercera en su grupo y cayendo en octavos. Pero el equipo no dio para más y su participación en Río no está garantizada, tras el buen rendimiento de otros países.

España albergó un mundial que fue un éxito de asistencia, pero la FIBA tendrá que replantearse en el futuro un calendario ‘teledirigido’ para tener una final Estados Unidos-España.

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