Parecía que las grandes obras de la infraestructura nacional, después del escandaloso ‘lleve de la Perimetral’ de Guayaquil, cuyo trazado se alteró para beneficiar a las tierras de La Orquídea, propiedad del entonces Gobernador del Guayas, no se repetiría, se está ensuciando el proceso que afecta en miles de millones de dólares la contratación del más importante proyecto de la era contemporánea: el metro de Quito, cuya contratación debe estar totalmente transparente y limpia, sin manchas ni turbiedades.
El hecho de que el estudio de factibilidad, diseño y presupuesto se haya contratado directamente con la entidad estatal española (Metro Madrid) ya arrojó justificadas críticas porque no era un concurso abierto para que compitan varios interesados y obtener la mejor oferta.
Contribuyó al desatino que se construyeran dos estaciones sin que se defina aún qué empresa iba a hacerse cargo de todo el proyecto, antes de definir lo principal y que suceda lo que ya está pasando, y es que los presupuestos financieros de los concursantes tengan valores mucho más altos que los determinados en el estudio de factibilidad, librándose de la obligatoriedad de contratar a una de las 4 concursantes porque sus precios exceden a niveles muy altos a lo que calcularon los diseñadores de Madrid.
Los 4 concursantes están dispuestos a bajar los presupuestos, pero a cambio de eliminar algunos ítems para que se contraten después, ardid que no es tolerable porque se supone que el proyecto debe construirse completo.
Se conoce que China está ofertando construir el proyecto completo, incluyendo el financiamiento con un crédito a 20 años, pero la Municipalidad de Quito ni siquiera hace conocer y transparentar esa alternativa y se desarrolla una chismografía al respecto, cuando lo justo es que se conozca la oferta y se establezca su factibilidad o no como alternativa.
Según se ha filtrado, los chinos también ofertan el mantenimiento para darle solución a un aspecto sustantivo para el normal manejo de un servicio sin interrupciones.
Hasta para forzar una mejor negociación se debería conocer la oferta china, y que esa cuantiosa inversión tenga un referente válido para comparar y llegar a un precio real.
Parece que algunos oficiosos tramitadores se inclinan y defienden con manejos dignos de mejor causa a la empresa brasilera, que ya tuvo fuerte conflicto por los daños en la hidroeléctrica San Francisco, de Tungurahua, conflicto que, incluso, provocó su salida del país.
Antecedente que debe ser tomado en cuenta en una definición tan importante como es la construcción del metro para la capital de los ecuatorianos.