La universidad es una institución esencial del Estado, encargada de mantener, con espíritu crítico, los conocimientos científicos actualizados en los diversos campos, y con ellos proveer de las habilidades necesarias en diversas disciplinas para formar profesionales, posgraduados y doctores que el país requiere. La universidad, mediante sus actividades de investigación, docencia y servicios, contribuye a la identidad nacional buscando la óptima calidad de vida, individual y colectiva, expresada por la satisfacción de las necesidades humanas, como derechos, tanto del dominio biológico, como del cultural de la ciencia y el arte, y el social de la producción y el consumo.
En este contexto, la Universidad Central del Ecuador está planteando una innovadora línea de vinculación con la comunidad, con la participación de sus estudiantes, docentes, empleados, egresados de los diversos niveles y sus jubilados. Se trata de conocer las necesidades con la propia comunidad, y recoger sus aspiraciones para tratarlas de manera interdisciplinaria en el campo de las ciencias de la vida y el ambiente, de la vida familiar y la vivienda, de las capacidades físicas para el trabajo (con disciplinas como la biología, ecología, medicina para el metabolismo, sexualidad, salud laboral), igualmente de las ciencias del ser humano y su cultura, es decir las subjetivas del pensamiento, los afectos, los valores de la identidad, libertad, seguridad y protección, creaciones del arte y recreativas del espacio y tiempo del ocio (filosofía, antropología, psicología, pedagogía, ciencias del arte), y finalmente aquellas que corresponden a las ciencias sociales y la estructura e infraestructura institucional (historia, geografía, economía, ciencias exactas, sociología, ciencias políticas).
En una interrelación mutua, la universidad y la comunidad establecerán una estrecha vinculación con dichas líneas de trabajo en el marco de la solidaridad como reciprocidad, la complementariedad dual, la correspondencia del todo con las partes, propia del pensamiento complejo. Así se contribuiría a lograr la óptima calidad de vida, con identidad cultural propia, lejos del consumismo. Los programas de educación continuada, particularmente aquellos para adultos y adultos mayores, constituyen un componente de la vinculación, una línea innovadora de trabajo con todos los actores señalados, buscando construir el sueño de una vida sana y colectiva, de justicia, paz y armonía.
