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El Telégrafo
Alfredo Vera

Tarde es mejor que nunca

02 de diciembre de 2014

El presidente Obama sorprendió a la inmensa humanidad, hasta donde llegan sus influencias como poderoso país, al asumir, como debe ser, por su cuenta y riesgo, algunas medidas conducentes a paliar y hasta eliminar restricciones que atormentan a los millones de inmigrantes atrapados por el inefable ‘sueño americano’, que para la mayoría fue, en su lugar, la ‘pesadilla’ americana que en muchos casos terminó con la deportación.

Un sonoro aplauso para el presidente Obama, que reivindica una de sus ofertas en las dos campañas que resultaron victoriosas, para ser electo y reelecto, gracias al voto migrante de los familiares y amigos de esas víctimas directas e indirectas de un sueño equivocado.

Directa es la víctima que se embarcó por su propia voluntad en la aventura ilusoria del sueño, a diferencia de los miles que fueron víctimas de la expulsión de sus propios países que, a su vez, resultaron perjudicados por las agudas crisis en sus naciones, como el saqueo bancario del Ecuador, en el que hubo hasta suicidios de víctimas de esa realidad.

Como en todas partes, no faltan los ‘contreras’, en este caso republicanos (que no tiran piedras sino bombas y balas), que brincan al ruedo a protestar cuando las medidas, como las que está tomando Obama, benefician a los pobres, a los de abajo, a los marginados: son los ultraderechistas implacables, que en la historia de la humanidad han cumplido un rol negativo y agresivo oponiéndose a todo lo que significa justicia social, que es la base de la verdadera democracia.

Ahora la gente podrá juzgar que si Obama no cumplió con las ofertas de sus campañas, aparte de una evidente debilidad de carácter y falta de respaldo organizado, en alguna medida fue consecuencia de las amenazas y chantajes con los que fue victimizado por los derechosos, como lo ha denunciado el New York Times en varios editoriales juzgando las políticas de los gobiernos gringos frente al bloqueo contra Cuba,

Obama decepcionó a muchos electores y simpatizantes que creyeron en sus ofertas de campaña, entre otras, las de mitigar la conflictividad en que viven millones de migrantes indocumentados y sus herederos, que llegaron a su suelo desde diversos lugares del mundo.

La gran prensa internacional sostiene que Obama es la persona más poderosa del mundo: lo que no dicen es que los dueños de las transnacionales de ambos partidos le tienen las manos amarradas y no se las van a soltar para que cumpla con los indocumentados que, al ser tan pobres y no hay cómo exprimirlos, no les interesan: con ellos no hay negocio.

Como en todos los casos, no siempre los gobernantes tienen éxito en las iniciativas por muchísimas causas e impedimentos sobrevinientes, ajenos a su voluntad, como le sucede al propio Obama con su proyecto de protección de salud, bautizado como ‘Obama/care’, cuando ni siquiera se había intentado lo de los indocumentados; lo más probable es que esos proyectos se ahoguen.

Por eso decimos que iniciarlo tarde es mejor que nunca.

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