Desde la Constitución de 2008 se discute la necesidad de coordinar los servicios médicos del Ministerio de Salud (MSP), Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y Seguro Social Campesino (SSC), en el contexto del Sistema Nacional de Salud, público, universal, sin costo, de calidad. Pero ciertos políticos y grupos siempre circularon la falsa información de que “¡Quieren desaparecer el IESS y al SSC!”, provocando de inmediato la reacción argumentando: “¡El IESS es nuestro, es nuestro dinero, se financia con nuestros aportes!”, “¡Nadie nos lo puede quitar!”. Con lo cual se mantiene la oposición a la indispensable coordinación de dichos servicios.
Estos defensores nunca dijeron nada cuando se duplicaban los dispensarios rurales al construir el MSP servicios de ocho horas diarias junto a los del SSC de cuatro horas de atención, o cuando se construían hospitales urbanos del MSP o el IESS muy cerca el uno del otro, como tampoco opinaron cuando el IESS contrató servicios privados.
El IESS ha exigido al Estado que financie una serie de problemas, como las enfermedades catastróficas de sus afiliados o que contribuya con el 40% para la pensión de sus jubilados, ¿por qué se recurre al Estado cuando al mismo tiempo se pregona la autonomía del IESS? ¿Por qué no coordinar las acciones de estas instituciones públicas de la salud?
Es obvio que si se logra una cobertura universal de afiliaciones al IESS, incluyendo aquellas del SSC, tanto el MSP como el IESS cubrirían a la población con dos financiamientos diferentes, pero duplicados, uno con impuestos, otro con aportaciones. Así sucedió en España, en donde el Estado tomó en sus manos el Sistema Nacional de Salud, universal y gratuito, dejando la seguridad social para las atenciones específicas de las pensiones jubilares, los préstamos para viviendas y otros.
Desde 2007, el sector salud vive una paz productiva al no existir huelgas de sindicatos de trabajadores ni de organizaciones gremiales. Solo falta la coordinación para un solo sistema universal y gratuito, de calidad.
El Ecuador encontrará su propio camino, y toda persona razonable estará de acuerdo en la necesidad de coordinar los servicios públicos para evitar duplicaciones, disponer de normas comunes de referencia y protocolos únicos para los servicios médicos. Es imperiosa esa coordinación del IESS, incluyendo el SSC, con el MSP. La Constitución exige la Red Pública de Servicios de Salud. Con el principio de solidaridad, ¿quién le pone el cascabel al gato? (O)