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El Telégrafo
Ketty RomoLeroux G.

Que respeten su revolución

15 de enero de 2015

Con múltiples actos, el mundo democrático continúa celebrando la liberación de los tres héroes cubanos y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas de EE.UU. y Cuba, interrumpidas en enero de 1961. El presidente Obama reconoció que la política exterior con respecto a Cuba fracasó, pues aun cuando desapareció la Unión Soviética y el campo socialista en 1991, no se doblegó.

La opinión pública, al mismo tiempo, ha demostrado, que en modo alguno Cuba significó una amenaza para los norteamericanos. Sin embargo, la mayoría derechista del Congreso quizá tenga planes oponiéndose al levantamiento del bloqueo, el cual, si bien es un reto para los cubanos, no resuelve todos sus problemas, en un mundo que en más de medio siglo ha cambiado sustancialmente, haciéndose globalizado y multipolar.  

El pueblo cubano se insertó en el capitalismo manteniendo sus principios e ideales, basados en la cultura del humanismo y la solidaridad. “La educación cubana es un ejemplo para el mundo”, declaró recientemente Miguel Llévina, representante de la Unesco, durante el congreso internacional Universidad 2014. Y el vicepresidente cubano Miguel Díaz-Canel declaró en estos días que, “si a pesar de los obstáculos se buscaron formas de contacto, ahora el intercambio aumentará, y lo mantendremos siempre a partir del respeto mutuo por nuestras diferencias”.  Los cubanos quieren, pues, insertarse en el mundo capitalista, pero defendiendo lo suyo, seguir profundizando en sus valores con su propia cultura. En el 50º aniversario de la revolución (2009), Raúl Castro dijo: “Nunca más volverán la miseria, la ignominia, el abuso y la injusticia a nuestra tierra. Nunca nos dejaremos arrastrar por la vanidad ni por la ambición”.

El proceso de afianzamiento y desarrollo del régimen socialista se dio en Cuba, lo que no ocurrió con la Unión Soviética, el mayor de los Estados socialistas del mundo. Su papel fue decisivo en la victoria sobre el fascismo, en la II Guerra Mundial. La batalla de Leningrado tuvo una significación especial. La Unión Soviética inspiró a todos los pueblos que luchaban por su liberación. Fue el país que lanzó al espacio al primer hombre, el 12 de abril de 1961. Se llamó Yuri Gagarin. En el plano internacional se manifestó en la lucha por la paz y en la cooperación entre los pueblos, sobre la base del principio de la coexistencia pacífica de los países con diferente régimen socio-político. Toda la ideología socialista estaba saturada de las ideas humanistas.

Pero, ¿qué sucedió? Que desde la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, EE.UU. había estado ganando terreno y con la ayuda de la CIA derrocó el gobierno democrático de Rumania. Siguieron una veintena de países de la Europa Oriental, abatidos a través de medios fraudulentos. Entonces el imperio norteamericano se lanzó a la conquista del mundo, globalizó la economía e instaló un nuevo orden.  En el año 2000 daba lástima ver lo que ocurría en Rusia después de haber sido una potencia mundial.

La poderosa Unión Soviética colapsó el 24 de agosto de 1991. Contribuyeron a ello: la CIA, el imperio norteamericano con su presidente George Bush (padre), el papa Juan Pablo II, Boris Yeltsin, Mijail Gorbachov, entre otros, que aprovecharon el colapso económico, tras décadas de desarrollo militar soviético, conseguido en detrimento del desarrollo de la economía doméstica.

Actualmente, Rusia integra el grupo de los países emergentes Brics. China, con su postura socialista, le da mucha solidaridad.

Entre tanto, Cuba sigue avanzando, esperando que respeten su revolución.

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