Ecuador, 17 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Ketty RomoLeroux G.

Papel de la guerra mediática

05 de junio de 2014

Si valoramos la situación política-social del proyecto bolivariano que se da en Venezuela, de acuerdo con las informaciones de prensa, se podría decir ‘como de una crisis profunda que lleva al caos y a la destrucción’. La estrategia mediática de la ultraderecha internacional así lo muestra.

Es que, cuando se trata de discernir la esencia de los hechos -es decir, la verdad-, los medios de comunicación desempeñan un papel trascendental. La primera arma lanzada es la mentira.

La historia evidencia cómo ha funcionado la utilización de los medios de comunicación justificando las guerras de rapiña, las restricciones a las libertades democráticas, la desestabilización social. Con su aliada la CIA tiene controlado a todo el planeta.

-como lo denunció el exempleado de la misma Edward Snowden, en junio de 2013-, en aras de un interés común: el del imperio de EE.UU. y las transnacionales.

Es admirable, por ejemplo, la gran maquinaria mediática montada contra Cuba, desde el triunfo de la revolución. En historia más reciente, los miles de misiles y bombas lanzadas sobre Afganistán, Irak, Libia, supuestamente por la producción de armamento químico que nunca encontraron. Imponiendo la ideología del terrorismo de Estado, comparable solo con la Inquisición y el fascismo. Qué decir de cómo los medios divulgaron los acontecimientos ocurridos en Venezuela, en abril de 2002. Hasta llegaron a esgrimir como un autogolpe fraguado por el propio presidente Chávez. Sin olvidar el papel que jugaron contra Salvador Allende en la década del 70.

Es que la guerra mediática, vestida con el disfraz de la defensa de la libertad de expresión y la democracia, es condición necesaria para comprender la naturaleza de muchos de los conflictos y disputas culturales e ideológicas que se desarrollan hoy en nuestros países. Los medios nos dicen qué temas deben considerarse como los verdaderamente importantes. En otras palabras, los medios se han convertido en bastiones de la oposición a los procesos de cambio social que se desarrollan en nuestra América.

De ahí que la concepción ideológica del individuo juega un papel determinante en la captación y valoración de los hechos.

En Venezuela, segundo país productor de petróleo a escala planetaria, en donde cerca del 80% de la población rechaza la violencia, se acaba de develar un plan golpista, forjado por la derecha con la complicidad del gobierno imperial, tendiente a asesinar a su presidente Nicolás Maduro y desestabilizar, no solo al gobierno nacional, sino a América Latina. Los grandes medios de información -algunos- lo ignoraron, otros lo llevaron a la broma y lo distorsionaron.

El proceso está en transición a un modelo superior de desarrollo, respaldado por Unasur, el Movimiento de los Países no Alineados y la Santa Sede. Para impulsarlo, urge crear medios públicos alternativos.

Contenido externo patrocinado