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El Telégrafo
Alfredo Vera

‘La Gloriosa’ frustrada

03 de junio de 2014

La tristemente célebre rebelión bélica, motejada como ‘La Gloriosa’ por los abundantes poetas, intelectuales y políticos de izquierda que participaron en el proceso que tuvo el estallido armado en Guayaquil, la noche del 28 de mayo de 1944, fue totalmente frustrada cuando el 30 de marzo de 1946, Velasco, instigado por Carlos Guevara Moreno y Camilo Ponce, se proclama dictador de un proceso revolucionario que llenó de ilusiones a grandes masas populares a las que les robaron, una vez más, la esperanza.

Antes la derecha recalcitrante ya había robado dos esperanzas revolucionarias: el movimiento de jóvenes militares de 1925 y la Revolución Liberal que terminó con el asesinato de Eloy Alfaro que concluyó en la ‘Hoguera Bárbara’ en El Ejido: todo manipulado por la derecha plutocrática, terrateniente y gamonal en nombre de la supuesta democracia.

Si no revisamos y recordamos la historia, cometeremos similares o peores errores que en el pasado. En la Patria Grande, Salvador Allende, que había iniciado un proceso revolucionario con el poder ganado en las urnas, fue asesinado por un golpe militar propiciado, dirigido e instrumentado por la extrema derecha en asocio con la Central de Inteligencia Norteamericana (CIA), la misma que ahora propicia un golpe dizque ‘suave’, pero que ya lleva 41 muertos en Venezuela.

La única legitimidad que garantice la vigencia de la democracia en Ecuador que vive una revolución denominada ciudadana, es que se obedezca la voluntad mayoritaria del pueblo expresada en las urnas, en votación universal y secreta, en un proceso electoral al amparo de la Constitución y las leyes vigentes.

Son muchos los pueblos que en los 2 siglos precedentes vivieron procesos revolucionarios conducidos por líderes que condujeron los avances de justicia social. No todas las revoluciones perduraron. Muchas retrocedieron y perdieron lo que habían conquistado.

En varios casos la desaparición por cualquier causa del líder del proceso revolucionario provocó la frustración, el retroceso y hasta la liquidación de los avances sociales, frustrando la esperanza.

Desde Benito Juárez hasta nuestros días la historia de la Patria Grande está plagada de experiencias más o menos similares, y en buena parte de los casos la balanza se ha inclinado hacia la plutocracia propietaria de los medios comerciales de comunicación.

Aprendamos de las tragedias del pasado y hagamos lo que hay que hacer para no entregar la esperanza que se quieren robar una vez más.

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