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El Telégrafo
Roberto Follari (*)

La amenaza de los buitres

04 de julio de 2014

Los ‘fondos buitre’ amenazan a la economía argentina, por vía de los fallos del juez estadounidense Griesa. Si la mediación que el juez ha propuesto fracasa -y parece haber sido hecha para fracasar- es difícil saber qué caminos le quedarán al Estado sureño para pagar a los bonistas con los cuales reestructuró su deuda. Es notorio: se busca que Argentina entre en default (es decir, en no pago de sus obligaciones), lo que permitiría embargarle bienes en cualquier parte del mundo, entre otras retaliaciones y confiscaciones ‘jurídicamente establecidas’.

Pero no solo a Argentina se amenaza seriamente con esta situación. Nadie -ningún Estado nacional o regional- podría en el futuro reestructurar su deuda externa, en tanto la enorme tarea de acuerdo que Argentina estableció durante años para lograr que el 92,4% de sus bonistas acepte cobrar solo una tercera parte del valor nominal de los bonos, se caería de un solo golpe, por la decisión de un único juez que le da curso a una exigencia ‘buitre’ de... ¡el 1% de los bonistas! Pero si a ese 1% se le paga a valor pleno, habría luego que hacerlo igual al 99% restante, y toda la reestructuración de la deuda iniciada hace casi 10 años se desplomaría como castillo de naipes. Eso afectaría a otros países que pudieran requerir negociaciones y refinanciamientos de sus deudas. Es lo que llevó a Brasil, Francia o México a hacer presentaciones ante el juez en favor de la posición argentina. Es lo que lleva a la solidaridad del Grupo de los 77 -que son muchos más que ese número- y de la China. A ello se suma la solidaridad latinoamericana (en ello el presidente Correa ha sido paradigmático), que se basa en valores compartidos, así como en una ética de la justicia y de la defensa de nuestros pueblos.

También el gobierno de Obama, por vía del Tesoro de ese país, y hasta el mismísimo Fondo Monetario Internacional se manifestaron explícitamente en 2013 en favor de la posición argentina. Sin embargo, a última hora no estuvieron presentes. Se dice que hubo presiones del sector ultraconservador del Congreso estadounidense, el cual habría presionado al Gobierno del país del norte, pues sin aprobación legislativa del presupuesto la situación para el Gobierno puede ser caótica. También el financiamiento estadounidense -que es muy sustantivo- hacia el FMI podría haberse visto mellado, si ese organismo plurinacional hubiera apoyado finalmente a la Argentina. He allí una de las claves de que la Corte estadounidense haya ratificado el fallo del juez Griesa, sin siquiera tomar el caso en ningún nivel.

Argentina está de pie: cuenta con un gobierno que ha dejado claro que buscará todas las vías posibles para no quedar en default, pero a la vez no pagará con el hambre de su pueblo: fue con ese designio que en su momento reestructuró y paró el crecimiento de una deuda que los anteriores gobiernos (ligados a actuales oposiciones políticas) habían hecho crecer de manera exponencial. También hay un periodismo hegemónico que se muestra obtuso, ignorante y sujeto de mala fe, usando la situación con interés doméstico de atacar al Gobierno, sin advertir la gravedad de la situación para toda la nación argentina. En cambio, un sector de las oposiciones políticas ha comprendido la situación, y está aunado con el Gobierno en la política de firmeza frente a la agresión de los fondos especulativos.

La solidaridad internacional es, por su parte, imprescindible. En este caso, el interés del país del sur coincide con intereses universales de los Estados nacionales, especialmente los del capitalismo periférico, siempre expuestos a la prepotencia de los más fuertes. Ojalá ese interés mayoritario pueda ir horadando la sordera que, hasta ahora, viene mostrando el sistema jurídico de Estados Unidos.

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