La derecha política, retrógrada y explotadora, los oligarcas, traidores y su aliada, la prensa comercial, no conceden tregua en su afán desmedido por recuperar espacio y poder mantener el régimen de privilegios y prebendas.
Cuando registran algún revés electoral y temen perder hegemonía en el sector, promueven el sabotaje y conspiración como último y malévolo recurso. Hoy, cuando Latinoamérica transita con sus líderes hacia su liberación definitiva, el imperialismo estadounidense, la oligarquía y los periodistas mercenarios, intentan bloquear el proceso de cambio, en unos casos, y en otros, fomentan el derrocamiento, como el de Venezuela. En Ecuador no se descarta otro intento golpista, con el surgimiento de una derecha agresiva camuflada de centro-progresista y de una dirigencia local, separatista y peligrosa.
El partido Socialista, con una visión transparente de la realidad política del país, y la arremetida de la derecha internacional, plantea con acierto la formación de un frente de organizaciones de izquierda con una agenda programática e ideológica que permita desarrollar un trabajo común y, fundamentalmente, garantizar el proceso de cambio que lleva adelante el gobierno de Alianza PAIS y que se convierta en una tarea de responsabilidad de todos quienes decidan integrar el anunciado Frente de Izquierda. No hay posición media. Rige la derecha voraz, auspiciada por la oligarquía, los desertores, la banca, la prensa comercial y todo el poder económico; opuesta tenazmente a la era del cambio.
En el otro lado, funciona la izquierda con su Revolución Ciudadana y su líder Rafael Correa, e integrada por el pueblo, estudiantes, indígenas, mujeres, trabajadores, intelectuales y periodistas, alineados en el régimen del Buen Vivir. Ecuador se transforma. Van quedando en el pasado la inequidad, el desempleo, la injusticia social y la extrema pobreza. Es evidente el crecimiento del número de niños y jóvenes matriculados en la escuela, el colegio y la universidad; la construcción de hospitales y carreteras, nuevas universidades de vanguardia, apoyo a los pequeños productores, soberanía en las rentas petroleras, lucha contra la delincuencia organizada, esfuerzo por la integración latinoamericana, entre otras grandes obras.
Todavía hay mucho por hacer. El nuevo reto es avanzar con el proceso de cambio hasta convertirlo en irreversible. Y para ello es urgente e indispensable la organización popular, la unidad y decisión de lucha por un mundo mejor, ahora izando la bandera de un poderoso Frente de Izquierda con una línea de acción dirigida a favorecer a los ecuatorianos olvidados por los gobiernos de la derecha nefasta, que se han turnado desde el inicio de la etapa republicana.
