No solo perdimos en la cancha, sino también en los medios de comunicación. No pasar a la segunda ronda del Mundial de fútbol es, sin duda, un fracaso. La eliminación, en un grupo accesible, nos deja frustrados y decepcionados. Cierto es que esta eliminación no fue humillante, como las de España, Inglaterra o Italia, pero ganar a Honduras y empatar con el equipo suplente de Francia sabe a muy poco.
La cobertura televisiva del Mundial de Brasil, como siempre, generó muchas expectativas, en especial de los juegos de la ‘Tri’. Sin embargo, el balance es extremadamente pobre. Desde el inicio, todos los canales de televisión, públicos y privados, grabaron avances manidos y aburridos; con sus ‘anchors’ (gente de pantalla) con la camiseta de la selección corriendo, saltando y haciéndose los que cantan. Ni un asomo de innovación, peor de creatividad.
Los únicos cambios que se dieron para la cobertura del Mundial fueron los traspasos de presentadores. Los canales dueños de los derechos de transmisión contrataron a presentadores deportivos de otros medios. Pero todos repitieron el mismo esquema, en forma y fondo, de todos los días. El rol de los relatores y comentaristas evidenció solo mediocridad y falta de preparación. Además, incorporaron presentadoras, en unos casos de sus programas de farándula, lo que en lugar de mejorar sus contenidos los empeoraron. En el caso de TC y Gama fue ya vergonzoso porque, una vez más, apelaron a la imagen de la mujer que tiene un solo argumento: sus pronunciadas curvas y voluminosos pechos.
Quizá la mejor propuesta sea la de Ecuavisa, con un panel plural y con buenos contenidos (dos técnicos, un árbitro, un exjugador, dos periodistas) y con dos buenas reporteras, sobre todo Dallyana Passailaigue que logró entrevistas exclusivas y sus reportes siempre contenían novedades. En el caso de Mariegiselle Carrillo, lamentablemente el propio canal se empeñó en presentarla como la modelo ‘más bella’ y no como periodista.
Lo más destacado fue el programa emitido por Ecuador TV, pero producido por Telesur, ‘La Zurda’, con Víctor Hugo Morales y Maradona, quien sin ambages dice lo que piensa y eso marca la diferencia en un mundial en el cual todo está controlado por la FIFA. Y de este programa (muy limitado en términos de puesta en escena y producción) también salió la mejor canción del Mundial. Mientras nosotros seguimos con la vieja cantaleta de Damiano, Telesur acudió a Gustavo Santaolalla, quien nos entregó una magnífica canción que trascenderá el ámbito del Mundial.
Para complementar la programación en tiempos del Mundial, varios canales apelaron al ‘humor’. Y qué pena. Una vez más, un humor sexista y lleno de estereotipos y prejuicios.
Al final, nos queda un convencimiento; el ciclo de Luchito Chiriboga y su grupo terminó y se necesita una urgente renovación, que debe incluir al cuerpo técnico. Y por otro lado, también será necesaria una evaluación, al interior de las estaciones de televisión, sobre todo las que poseen los derechos de transmisión.
Es necesaria una reflexión crítica que permita elevar a parámetros mínimos la calidad de las transmisiones deportivas de la televisión ecuatoriana.