Vivimos atrapados entre los polos. Es 2022 y la prensa aún vive de alegorías bélicas antes de un partido con Perú, mientras que en puestos claves de la diplomacia hay quienes desconocen el real peso histórico del protocolo de Río de Janeiro. Corremos de extremo a extremo, sin hacer una pausa siquiera.
No hay términos medios. Se mezcla Tiwintza con los dribles de Gonzalo Plata. El fútbol nunca es la guerra, por más que en Perú las autoridades hayan sido fieles representantes del folklore de los resultados deportivos. Ellos empezaron sin aforo para el partido del martes, luego subieron al 30%. Cual subasta, aumentó al 50% y ahora hay políticos (¿quiénes sino ellos?) que piden un estadio Nacional lleno. Y lo tendrán.
Perú - Ecuador será un partido decisivo, duro, pero nada se compara con la guerra. Soy de la época en que todo enero traía consigo rumores de inminentes choques en la frontera. Hoy, cuando se habla del límite sur es para planear unas vacaciones en Máncora o Punta Sal. El conflicto bélico ya fue, mal que mal se acabó. Eso sí, los encargados del discurso oficial no pueden tomarlo a la ligera. El 29 de enero de 1942 fue una fecha dura, que debe ser recordada en su real contexto. Sin rencores, pero con la verdad.
Ecuador está en el Mundial. El desesperado es Perú, ellos son los que deben hacer todo lo posible para ratificar su victoria en Barranquilla. La Tri administra su ventaja y la seguirá administrando hasta el final de la eliminatoria. El empate con Brasil, más allá del punto cosechado, marcó uno de los mejores partidos de este premundial. Vimos un equipo que nunca perdió el ritmo, la presión, que jamás dio por perdida su estrategia y su línea. Eso, fuera de marcadores, se valora y se respeta.
El arbitraje alborotó la opinión de todos. Lo cierto es que Wilmar Roldán pitó muy mal y el protagonismo del VAR lo demuestra. Debió expulsar de entrada a Alexander Domínguez y no lo hizo, no debió sacarle roja a Alisson y también lo hizo. ¿Penales los de Pervis Estupiñán y Ayrton Preciado? No, pero los pitó. ¡Roldán pitó mal a favor de Ecuador! Pero, felizmente para el espectáculo, el VAR cumplió con su función. Si el VAR te gusta o no, ese es otro debate.
El martes se puede consumar una sorpresa mayúscula. El equipo del que pocos esperaban algo, incluso los directivos cuyas miras estaban en el 2026, ya se puede materializar en Qatar 2022. Sin necesidad de guerras y citas históricas descontextualizadas. No hacen falta cuando hay capacidad.