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El Telégrafo
Alfredo Vera

Un muro indignante

08 de agosto de 2017 - 00:00

La propuesta hecha por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para construir un muro que recorra toda la frontera que divide a su país con el Estado de México, es la repetición de un fracaso igual al ocurrido en la ciudad de Berlín, cuando concluyó la Segunda Guerra Mundial y se pretendió impedir que el mundo socialista, encabezado por la Unión Soviética, fuese infiltrado por el Occidente en lo que se denominó Guerra Fría.

El antecedente a este acontecimiento es la reliquia que recorre la frontera de China con una enorme muralla de piedra, construida para proteger su frontera sobre posibles invasiones.

El Muro de Berlín fue conocido también como la Muralla de la Infamia y se demostró, hasta la saciedad, que una pared de piedra no es capaz de contener ni evitar la influencia de otras ideas y de otras costumbres. La muralla china no ha sido jamás violada y se mantiene incólume, pero no ha impedido que la República Popular intercambie ideas y comercio con el resto del mundo. El Muro de Berlín fue construido, con una longitud de 45 km, en 1981 y fue derrocado en 1996. Alemania se unificó y solo quedó como triste recuerdo un intento de impedir la reunificación de ese país. En la historia contemporánea, Estados Unidos es la nación que más migrantes ha recibido desde todos los confines del mundo, llegando a tener un alto porcentaje de migrantes con una buena cantidad de habitantes ilegales que viven en el llamado ‘sueño americano’, que para muchos es una verdadera pesadilla, de tremendas consecuencias.

De México no solo se exporta una gran cantidad de emigrantes a Estados Unidos sino que es, además, un trampolín para los migrantes de distintos confines del mundo.

Y, claro, alguna cantidad de esos nuevos habitantes que se riegan por todos los estados del coloso del norte son individuos que se dedican a actividades ilícitas y que perturban la vida de los ciudadanos comunes. Cuando candidato a la presidencia, Trump ofreció encontrar alguna solución a este grave problema que aqueja a esa sociedad. Ya se había construido un tramo de un muro que supuestamente iba a detener el flujo de indocumentados. Pero la astucia y habilidad de esa migración indeseada logró crear filtros para seguir en sus propósitos.

Se le ocurrió anunciar que construirá un muro total que recorra toda la frontera con México. Pero, encima del absurdo, anunció que exigiría que su vecino del sur fuese el que sufragara la construcción del resto  del muro.

El impasse está latente, puesto que México no quiere ni tiene con qué hacerse cargo de tan descabellada propuesta.

En el mundo contemporáneo ya no caben soluciones de esta naturaleza para tratar de impedir los flujos migratorios, con más dificultad cuando los que intentan penetrar a otro territorio son personas que manejan mecanismos perversos para lograr sus protervos recursos y fines.

La idea es repudiar por ese medio la cadena interminable de aspirantes de acogerse a la protección de tan importante padrino, repleto de dinero, como para convertirse en una verdadera potencia mundial, llena de aparentes soluciones económicas para saciar cualquier necesidad o ambición, por descabellada que parezca. (O)

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