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El Telégrafo
Gustavo Pérez Ramírez

Recordando a Agustín Cueva, 1937-1992

20 de diciembre de 2016 - 00:00

Por correo postal recibí un pequeño libro con numerosas estampillas, como si llegara de lejanas tierras, pero el remitente era de Quito (falta de subsidio al libro y encarecimiento de las tarifas postales). Hago público mi agradecimiento al remitente, doctor René Báez, por haberme enviado gentilmente su más reciente publicación Agustín Cueva: ciencia y rebeldía, serie Cuadernos Políticos N° 4, editado por el Centro de Pensamiento Crítico, que contiene dos ensayos y un anexo del mismo Cueva, ‘La democracia latinoamericana; ¿forma vacía de todo contenido?’.

El primer ensayo es del propio René: ‘Memorial de Agustín Cueva’ y el otro, del sociólogo brasileño, Nildo Ouriques, discípulo de Cueva en la benemérita UNAM: ‘Cueva y la sociología crítica latinoamericana’. Todo un banquete intelectual por la profundidad y actualidad del pensamiento, que incita a leer y releer la obra de tan egregio ecuatoriano, considerado el primer pensador social del Ecuador del siglo XX (junto con el filósofo Bolívar Echeverría, cada quien en su campo). El legado intelectual de Cueva merece ser estudiado por la juventud contemporánea que parece ignorarlo.

Imbabureño, de origen lojano, escogió como profesión las ciencias políticas y sociales que estudió en Quito y en París. A su regreso en 1963 formó con otros jóvenes de su generación el grupo de los tzánzicos y fundó la escuela de sociología en la UCE, cerrada por la dictadura velasquista, que lo persiguió; en 1972 se autoexilió en Chile y luego en México, de donde regresaría en 1990 diagnosticado de cáncer invasor al cerebro que lo llevó a la tumba a los tempranos 54 años.

Autor prolijo de libros referenciales en los que demuestra su talento, incluso, como historiador. Apenas hay espacio para mencionar unos pocos: Entre la ira y la esperanza (1967), el primero, que hizo época, sociología de la literatura, donde examina la cultura ecuatoriana desde la Colonia; El proceso de dominación política en el Ecuador (1972), best seller, aunque tuvo detractores, entre los comunistas ortodoxos, alegando divergencias de ultraizquierda; El desarrollo del capitalismo en América Latina.- Ensayo de Interpretación histórica (1977), texto premiado por la Editorial Siglo XXI y que consagró continentalmente al investigador ibarreño. También incursionó en el análisis de la literatura colombiana con sus ensayos sobre Cien años de soledad y El coronel no tiene quien le escriba.

En 1986 publicó su quinto libro Lecturas y rupturas, con diez ensayos sociológicos sobre la literatura en Ecuador, en los que explica la relación dialéctica entre la sociedad y las manifestaciones artísticas que se producen en ella.

Cueva fue un pensador crítico, independiente, profundo, se labró su propio perfil. Inauguró la crítica de la teoría de la dependencia en la versión de la Cepal. Se definió a sí mismo “demócrata hasta las últimas consecuencias”. Democracia de contenido popular. La cúpula del partido comunista ecuatoriano vio en ello un tratamiento doctrinario del populismo. “La alternativa la radicó Cueva en el pensamiento socialista-humanista que alimente un proyecto de cambio y unidad latinoamericana”, Báez. (O)

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