La “vigilante gestión de toda la comunidad ProFamilia de Ecuador” se vanagloriaba en una noticiaque difunde el portal Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa), de que el Ministerio deEducación haya cambiado un texto educativo, que estos grupos conservadores creen quepromueve la denominada por ellos –e inexistente– “ideología de género”, sobre valores deconvivencia que visibilizaba la existencia de familias homoparentales en adolescentes. Los fundamentalistas metieron mano nuevamente en decisiones del Estado, que debe velar ypromover derechos para todos, sin discriminación. “Es el hecho de vivir en compañía con otros individuos, por ejemplo, una pareja de dos hombres odos mujeres que viven juntos y que pueden o no tener hijos pero que practican la convivenciatodos los días…”, rezaba el texto de ofensivo para los curuchupas. Sí, los grupos retrógrados quehan hecho de la hipocresía social y el silencio una práctica histórica para quedar bien con suconciencia; que miran a un costado para callar la violencia intrafamiliar, la de género, la sexual, lano judicialización de casos de pedofilia eclesial; que luchan contra procedimientosanticonceptivos, de planificación familiar, de aborto por violación y especialmente: la existencia ynormalidad social de personas LGBTIQ+. Estos días, la youtuber Bethania la del Vino hacía públicas las respuestas de sus seguidores,respecto a una encuesta sobre educación sexual. Descubrir en pleno siglo XXI (ya vamos 20 años acuestas) que las personas aún refieran que su única educación sexual (sexual, no de anatomíahumana) sea: autodidáctico, la pornografía, experiencia entre amigos, la curiosidad al leer revistaso películas y absurdos como haber aprendido al ver a sus mascotas teniendo relaciones sexuales.Que la masturbación y orgasmo sean llevados con culpa, especialmente mujeres. Parodiando al cineasta Pedro Almodóvar sobre la “mala educación”, es incomprensible einjustificable que el Estado se deje aún llevar por la censura y moralina en algo primordial comouna educación sexual sin tapujos. ¡Ya basta de absurdos que solo fomentan la violencia ydiscriminación! (O)