Peleas y empujones por el Black Friday en local comercial de Quito
El reloj marcaba las 10:45 del Black Friday del viernes 26 de noviembre de 2021 y no había un espacio más en las larguísimas filas alrededor de Coral Hipermercados, un local comercial ubicado en el norte de Quito. Los clientes habían madrugado desde las 04:00 para ingresar al lugar y aprovechar los descuentos por el denominado ‘Viernes Negro’.
En las inmediaciones del hipermercado, cientos de padres de familia estaban ya exhaustos de esperar tanto tiempo en la cola. Cansancio, enfado e impaciencia se notaba en sus rostros. Eran más de 800 personas que aguardaban por un turno para comprar y el clima no ayudaba, pues a esa hora de la mañana el sol resplandecía.
El local comercial ofertaba descuentos del 20 % y 40%, en electrodomésticos y productos para oficina; 2x1 y 80% de rebaja, en artículos de primera necesidad. Black Friday es un evento anual que se desarrolla a escala mundial como antesala de la temporada navideña. En Ecuador no podía pasar desapercibido y por ello tanta expectativa por disfrutar de las promociones.
Alonso Herrera, de 56 años, estaba a seis personas de entrar al hipermercado. “Estoy desde las siete de la mañana y son las 11. Vengo a comprar lo básico, lo que necesito para el diario. Vi los descuentos por medio de la televisión y me llamó la atención el 2x1 en arroz y azúcar”, contó.
Coral Hipermercados, ubicado en el sector la Y y Avenida 10 de agosto, hizo una campaña para atraer clientes. Pero llegaron demasiados.
En un principio, las expresiones de los primeros de la fila eran de emoción por entrar y comprar. Los que se encontraban más atrás, no ocultaban su desagrado por la tardanza. Esta tensión provocó que empezaran los conflictos.
Aparecieron los colados. Estas personas despistaban a los ciudadanos que hacían fila y se metían sin ningún remordimiento. Irrespetaban el orden y el tiempo de los demás.
“No nos están regalando los productos, nos están vendiendo y estoy enojada por la desorganización de este evento. Las personas se están metiendo y no hay control alguno”, cuestionó Jennifer Vargas. Mientras contaba su experiencia se escuchaban las discusiones y gritos.
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Luego empezaron los empujones. Una señora comenzó a reclamar la presencia en la fila con una joven. Los ánimos se encendieron y terminaron con jalones. Más adelante, dos hombres intercambiaron puños frente al resto de personas, quienes gritaban para evitar que continuaran con la pelea.
La Policía Nacional tuvo que intervenir, pues la situación cada vez se tornaba más incontrolable. La fila no avanzaba porque los guardias seleccionaban de seis a ocho personas para el ingreso. La cola era tan extensa que estaba a pocos metros de rodear todo el establecimiento.
“Estamos restringiendo la entrada de todos al parqueadero. Esto se hace para respetar el orden de llegada, muchos han madrugado y no es justo”, dijo el guardia de Coral Hipermercados. El hombre confesó que no esperaban tantas personas.
La demanda rebasó la capacidad del establecimiento, que si bien no tuvo la organización esperada también se enfrentó al comportamiento de la población, que en momentos de crisis, no supo reaccionar con calma. Empujones y peleas marcaron la tónica por entrar pronto a comprar artículos de primera necesidad.
