En la actualidad el uso de códigos QR es frecuente en restaurantes, bancos, medios de comunicación y hasta entidades bancarias.

Pero esos códigos QR pueden ser usados por hacker y por delincuentes cibernéticos para cometer delitos como robos o estafas.

Uno de los delitos que se podrían cometer es el desvío de pagos, a través del ‘hackeo’ de un código QR el delincuente cibernético puede modificar los datos del destinatario del pago hecho para que el dinero se acreditado a su cuenta.

Imagínate que estás en un restaurante y quieres ver el menú, escaneas el código QR, pero en lugar del PDF de la carta, descargas un archivo malicioso que podría dañar tu dispositivo o robar tus datos guardados en él. Esta es otra de las posibles formas en las que un hacker modifique los códigos QR a su conveniencia y sin que los propietarios del mismo sepan de lo sucedido.

En ese mismo sentido, los hackers podrían poner códigos QR en lugares concurridos y populares para que alguien curioso los escanee y termine en páginas maliciosas o sitios fraudulentos.

Con los códigos QR se puede acceder a información personal, por ejemplo el certificado de vacunación, pero si el código está ‘hackeado’ el usuario puede ser víctima de suplantación de identidad. El delincuente cibernético puede acceder a los datos personales y crear documentos falsos con ellos o de plano generar un código QR malicioso que cuando es escaneado, provoca automáticamente la suplantación de identidad.

Si bien hay que tener cuidado con este tipo de estafas, alejarse por completo de la tecnología no es la opción. Como recomendación general hay que puntualizar que no se debe escanear códigos maliciosos que estén en lugares públicos y asegurarse, a través de tu banco o del local comercial, que los códigos QR no han sido manipulados y cuentan con los mínimos requisitos de seguridad.