Paradójicamente, a la hora de su propio debacle, el MAS contaba con los mismos viejos pecados de sus antecesores: la prebenda, la corrupción, el despilfarro...

En las últimas horas se han hecho públicas varias encuestas en las que la presidenta interina se colocaba en cuarta posición en intención de voto.

El Tribunal Supremo Electoral de Bolivia depuró el padrón y registra cerca de 7,3 millones de votantes, cifra parecida a la de las elecciones de 2019.

El líder indígena dimitió el 10 de noviembre tras confirmarse las "irregularidades" en las elecciones presidenciales del 20 de octubre.