Brasil cayó ayer en un laberinto institucional. Tras ser separada por el Senado, la presidenta del país se trasladó ayer del Palacio del Planalto al Palacio de la Alvorada, a 4 kilómetros, donde residirá hasta que finalice el juicio político, que se extenderá 6 meses. El vicepresidente Michel Temer asumió la jefatura de Estado interina. Su gabinete tiene 7 ministros investigados por corrupción en Petrobras.

Sectores industriales, de servicios y del poderoso agronegocio, que respaldan el juicio político contra la presidenta, quieren reformar las leyes de mercado.

Michel Temer, exaliado de la mandataria, divulgó por accidente un audio en el que ensaya un discurso. Allí anuncia un programa económico de ajuste y el final de los subsidios.