Un terrorista se mezcló con los comunicadores para inmolarse y matar a ocho reporteros. Otro de la BBC fue abaleado y un fotógrafo perdió la vida en una cobertura.

Los artefactos provienen de todos los implicados en el conflicto: del Ejército regular iraquí, de las fuerzas de la coalición internacional que lo ayudan y del EI.

Según un responsable iraquí, Abu Bakr al Bagdadi "está herido, padece diabetes y fracturas en el cuerpo".

El ataque contra los militares se produjo dos días después de un atentado que dejó 103 muertos y 235 heridos.

Nueve personas murieron y varias resultaron heridas en este nuevo ataque contra la minoría cristiana en Egipto.

Una serie de explosiones dentro de un centro cultural chií mató a 41 personas y dejó 84 heridos. El grupo Estado Islámico reivindicó el ataque, pese a que EE.UU. y Afganistán reclaman sus avances contra yihadistas.

Es el atentado más sangriento desde el cometido en octubre pasado contra una mezquita chiita.

La actividad letal del grupo extremista se ha intensificado con graves atentados por todo el planeta, que han sacudido países tan distantes como el Reino Unido, Afganistán, Irán o España.