Funcionarios del Norte y del Sur de la península inauguraron de forma simbólica el proyecto que unirá a los dos países. El inicio de las obras está condicionado por la desnuclearización.

Desde el 2000, los dos países han organizado veinte tandas de reuniones familiares, a medida que las relaciones bilaterales iban mejorando. Pero el tiempo apremia. De los 130.000 coreanos que solicitaron participar en estos encuentros, solo quedan vivos menos de 60.000.

Tras la distensión, los surcoreanos cruzan la frontera y durante 11 horas conversan con sus parientes en Monte Kumgang, bajo la vigilancia de agentes norcoreanos. Muchos de los 12.000 ciudadanos que esperaban la reunificación no vivieron para ver este momento.